Un gran montículo de tierra recién traída se encontraba en la granja de marihuana de Terry Taylor ubicada en el desierto alto, en el centro-norte del estado de Washington. Cada hoyo donde será colocada una nueva planta se rellena con tierra limpia.
Tela para jardinería fue colocada recientemente en grandes tramos de suelo y pronto los caminos de tierra en su propiedad serán cubiertos con grava para impedir que el polvo contaminado se levante y cubra los cultivos.
La granja de cannabis de Taylor es una de varias que han reanudado sus actividades después de que las autoridades estatales de control las clausuraran en abril porque, dijeron, las pruebas a su producto habían arrojado niveles inaceptables de sustancias químicas relacionadas con DDT, un pesticida sintético prohibido hace medio siglo.
Los cultivadores afectados no utilizaron para nada el pesticida, pero se ubican en una franja de ocho kilómetros (cinco millas) de huertos frutales al lado del río Okanogan, donde se utilizó intensamente el pesticida que contaminó el suelo.
La Junta de Licor y Cannabis de Washington anunció la semana pasada que había puesto fin a la clausura de actividades y las granjas intentan ahora adoptar medidas con apoyo financiero estatal para mantener a raya al pesticida residual y restaurar la confianza en sus marcas.
La junta dijo que aumentará las pruebas del pesticida en lo que toca a la marihuana cultivada en la zona.
“No he vendido ningún producto desde abril”, dijo Taylor, que tiene dos licencias de productor-procesador de cannabis: Okanogan Gold y Kible Junction. “Simplemente eso nos destruyó. Nadie quiere comprar”.
Taylor, de 58 años, dijo que ha vivido de sus ahorros desde abril. Su ingreso se redujo a una vigésima parte del que tenía. Durante la normalidad contaba con seis empleados de tiempo completo y 20 trabajadores estacionales, pero ahora solo tiene a dos.
La presencia de pesticidas en el cannabis son una preocupación para las autoridades reguladoras y los consumidores en los estados donde la marihuana está despenalizada en el país, en especial porque la planta es consumida típicamente fumándola o en extracto. Esto último puede incrementar los niveles de pesticida en el producto final.
Las autoridades en Vermont retiraron a principios de año marihuana contaminada con pesticida en cinco tiendas minoristas después de que un cliente denunciara haberse sentido mal, y las autoridades de Nevada emitieron un aviso sobre la gran disponibilidad de productos posiblemente contaminados con un pesticida no autorizado.
Créditos: washingtonhispanic.com