Las nuevas obligaciones que ha contraído el Estado mexicano a raíz del T-MEC, tendrán un impacto profundo y transversal, es decir, prácticamente cualquier acción u omisión de México en materia económica podría impactar en alguna obligación del tratado.
Estamos a unos días de la entrada en vigor del tratado “comercial” entre México, Estados Unidos y Canadá (1 de julio); he colocado comillas en el aspecto comercial, en virtud de que el tratado no es solo un instrumento comercial, sino un acuerdo económico amplio, toda vez que contiene un entramado de obligaciones en diversas materias, que lo alejan de un acuerdo netamente comercial, como son la materia laboral, la anticorrupción o la ambiental.
Las nuevas obligaciones que ha contraído el Estado mexicano a raíz del T-MEC, tendrán un impacto profundo y transversal, es decir, prácticamente cualquier acción u omisión de México en materia económica podría impactar en alguna obligación del tratado. Lo que constituye un reto trascendental para nuestro país y sobre todo para nuestro estado de derecho.
Fortalecer el ambiente de negocios en México requiere necesariamente del fortalecimiento del estado de derecho, eso es fundamental para continuar siendo atractivos para la atracción de inversión extranjera, y ese es el reto más grande que trae consigo el tratado.
En ese sentido, el más grande riesgo, del T-MEC es en materia laboral, donde los compromisos asumidos implican cambios sustanciales. El tripartismo en México estará a prueba como nunca antes, sindicatos, patrones y gobierno tienen un reto enorme por delante porque hay que romper con una cultura de hace mucho tiempo en la relación entre trabajadores y empleadores.
El incumplimiento laboral, podría trasladarse a otras áreas del tratado, por ejemplo: México enfrentará dificultades para exportar productos agroalimentarios si persisten los problemas laborales en el campo, particularmente el trabajo infantil y la violencia contra los trabajadores.
La Oficina de Asuntos Laborales Internacionales de EUA, hizo una lista de 12 productos mexicanos que son cultivados violando estas normas: tomate, chile, pepino, cebolla, caña de azúcar, tabaco, sandía y otros. De hecho, la inclusión de México en el informe es apenas reciente, es de este año, sugiriendo que EU debería activar las previsiones laborales del T-MEC en la materia, es decir, iniciar el tratado con demandas laborales.
El gobierno mexicano acumula ya varias omisiones previo a la entrada en vigor del T-MEC: no se ha realizado la implementación de protocolos de autoevaluación para las empresas, para saber si cumplen o no con la normatividad laboral; no existen mecanismos de difusión y capacitación del nuevo andamiaje legal; no existen códigos de conducta ni una certificación laboral que garantice el cumplimiento de toda normativa laboral.
También preocupa, por dar algunos ejemplos, que no se tengan contempladas reformas para implementar el capítulo anticorrupción o reformas para el capítulo de contrataciones públicas, ni una postura solida sobre los productos desarrollados utilizando biotecnología agrícola, a lo cual el representante de comercio de EUA, Robert Lighthizer ha señalado que ya también alistan demandas al respecto.
A esto hay que sumarle que a solo unos días de su entrada en vigor, aún falta por aprobarse leyes secundarias del tratado, tales como: la Ley de Protección a la Innovación Industrial; la Ley de Infraestructura de la Calidad; la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación;la Ley Federal de Derechos de Autor; reformas al Código Penal Federal y la Ley Federal de Variedades Vegetales.
A pesar de esa falta de pericia gubernamental, el T-MEC representa enormes oportunidades para México. Subrayo aquí una que me parece fundamental: el comercio electrónico (eCommerce).
Ahora con el TMEC, las compras a través de eCommerce estarán bajo el concepto de Envíos de Entrega Rápida. Se entiende por envíos de entrega rápida, los envíos de eCommerce que cumplen con ciertos requerimientos (que la información para el despacho aduanero sea presentada y procesada antes de su arribo); lo que permitirá agilizar el despacho de estos envíos basándose, en un mínimo de documentación o en un único envío de información, realizando las entregas inmediatamente después de su arribo.
Aunado a esto, el tratado también dispone que el despacho de envíos no se fijarán aranceles aduaneros o impuestos al momento de la importación, ni se requerirán procedimientos formales de entrada valorados en o menores a un monto fijo conforme a lo establecido por cada país, lo que implica una gran ventaja competitiva para México.
El comercio exterior nos enseña a convertir un muro, en miles de oportunidades. En ese sentido, el T-MEC representa grandes retos pero también enormes oportunidades y ventajas competitivas que México puede y debe aprovechar.
**Las opiniones expresadas son sólo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes México.
Por: Gerardo Islas*
Foto Reuters
Créditos forbes.com.mx