Javier Amieva: Las instituciones militares en EU y en México, fuerzas del balance democrático

JAVIER AMIEVA

 Igual que ha sucedido por miles de años, los líderes políticos que mantienen el poder sobre las instituciones de los ejércitos armados de los países que gobiernan, descansan ese poderío sobre estas instituciones, las utilizan lo mismo para defender regímenes democráticos que autocráticos y sin duda generalmente anteponen sus intereses a los del pueblo que gobiernan.

Tanto en México como en Estados Unidos (EU), los Presidentes son los comandantes máximos del ejército y ambos buscan mantener, además del poder que les otorga la constitución el control absoluto sobre las fuerzas armadas. Es el ejército el brazo que mediante su disciplina, armamento y leyes especiales, mantienen en forma simbiótica a los presidentes.

La misma semana que el General Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa de México, estando preso y en espera de un juicio por conspiración de tráfico de estupefacientes, lavado de dinero y otros cargos en EU; fuese liberado a petición del gobierno de México y por órdenes de Donald Trump, a través del Procurador de Justicia estadounidense “para mantener las relaciones entre ambos países y por razones de seguridad del propio EU”, según declaró la juez federal que recibió “instrucciones superiores”, Trump destituyo al Secretario de Defensa de ese país e instaló militares “leales a sus ideales políticos”, lo que desencadenó alarma en el Pentágono.

En México, el Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) informó que se juzgara al General Cienfuegos Zepeda, sin lugar a duda, pero es claro que será la Justicia Militar quien le deberá hacerlo. El caso es que fue el propio ejército quien presiono a AMLO para que echara a andar la maquinaria diplomática también por las mismas razones: Si Cienfuegos era juzgado y condenado, muchos militares –hoy leales a AMLO-, saldrían perjudicados y esto crearía desestabilidad nacional.

La situación desembocó en un éxito diplomático que deja muy claro que AMLO necesita cuidar de su ejército, del cual depende, y que el ejército mexicano si bien se ha doblegado y obedecido militarmente, tiene aún una fuerza que AMLO no ha podido –y no debe por bien de México- domeñar.

Regresando a EU, hoy las elecciones y el resultado a todas luces que dio triunfo a Joe Biden mantiene una tensa calma en base al hermetismo de los republicanos y a las acciones que trascienden, se teme que Trump como jefe máximo de las fuerzas armadas vaya a utilizar al ejército para negarse a abandonar la presidencia alegando fraude, buscando entonces el apoyo del Senado y de la Suprema Corte para que decidan que continúe con un segundo mandato, lo que equivaldría a un golpe de estado.

Entonces, si Biden no toma posesión el 20 de Enero del 2021,entonces cada estado tendrá –según su constitución-, un voto para decidir si Trump continúa y en este momento son más los gobernadores Republicanos que los Demócratas, tampoco los senadores y legisladores republicanos están aún dispuestos a romper con Trump, aunque son muchos los que han reconocido el triunfo de Biden, pero ante la posibilidad de ese “golpe de estado” validado por legisladores y suprema corte prefieren estar del lado cómodo y seguro.

La teoría no es descabellada y es preocupante, porque Trump está interponiendo decenas de demandas por fraude, es decir está creando “pruebas” de una inestabilidad nacional y está presionando a sus gobernadores. Gane o pierda las demandas, declaró Rudolph Giuliani, se trata de probar que hay descontento y desestabilidad política y que el formato y gran número de votos es ilegal, con ello la Suprema Corte de Justicia de este país, controlada por ministros conservadores, o sea Republicanos acérrimos, ratificarían la decisión de los estados simplemente en Base a la Unidad y Seguridad Nacional. Sería el término de la democracia tal cual la conocemos hasta el día de hoy.

CNN, la cadena noticiosa, por otro lado declara que a pesar de las afirmaciones de Trump de que le están robando su segundo mandato, el reclamo legal del presidente hasta ahora no ha avanzado en sus esfuerzos por reclamar un fraude masivo. La táctica se parece cada vez más a un ejercicio político –declaró un comentarista de CNN-, mientras Trump lucha por aceptar su derrota y los senadores republicanos temerosos de la base política del presidente se niegan a cruzarlo, especialmente con dos elecciones de desempate o segunda vuelta en Georgia programadas para enero que decidirán el control de su cámara de Senadores.

“La ya minúscula oportunidad de Trump de cambiar el curso de las elecciones está disminuyendo día a día. Para ganar casos, tienen que poner en juego suficientes victorias para cambiar el resultado final de las elecciones en estados individuales y en ninguna de las demandas que han presentado en todo el país están cerca de hacerlo en ningún estado”, dijo Ginsberg en “La Sala de Situación” de CNN.

“Esto da miedo, es muy inquietante”, dijo un funcionario de defensa a la cadena televisiva “Estos son movimientos dictatoriales”.

Cohen, exsecretario de Defensa y senador republicano, también criticó la negativa de la administración Trump a reconocer la victoria de Biden y declaró enfático: “la forma en que se están comportando –la administración Trump-, es más parecida a una dictadura que a una democracia”.

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