Después de cuatro años de implacables ataques por parte de la administración Trump y décadas de negligencia, parálisis política y deriva organizacional, el sistema está muy roto, pero no está más allá de la reparación.
En una entrevista del Wilson Institute que hizo Duncan Wood, su Vicepresidente de estrategias, con Roberto Velazco Álvarez, el novel Director General para América del Norte de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SER), el funcionario dejó en claro que la posición del presidente de México Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está más en esperar que su similar de Estados Unidos (EU), Joe Biden, se ajuste a las necesidades de su país, que el actuar prudentemente.
De esta entrevista se deduce, que no se prevén cambios de fondo en la política de México, que no sean los ya planteados por AMLO, –aunque en algunos casos y para su suerte, la Suprema Corte de Justicia, de la Nación ha declarado la inconstitucionalidad de ciertos cambios que el Ejecutivo mexicano quiere imponer en el área de Energía y que desconocían compromisos que el país ya había signado con particulares.
Sin embargo, los ataques de AMLO a la DEA y otros temas tratados con poca diplomacia, y por los canales no adecuados ponen a México en una situación comprometida, lo que afectaría la endeble posición del mandatario mexicano ante este país, ahora que Biden está fijando las nuevas reglas, lo que pudiera afectarle como país.
La conocida revista Foreign Policy, haciendo referencia general a la política exterior estadounidense describe: “A medida que EU reinventa su papel en el mundo, la diplomacia estadounidense debe reconstruirse para la nueva era”, escriben William J. Burns y Linda Thomas-Greenfield.
Después de cuatro años de implacables ataques por parte de la administración Trump y décadas de negligencia, parálisis política y deriva organizacional, el sistema está muy roto, pero no está más allá de la reparación.
En lo que respecta a seguridad nacional, en México, Velasco Álvarez dijo que se ha estado buscando ayuda de EU durante algún tiempo, pero que la ayuda que se ofrece está fuera de lugar.
“Hemos estado hablando sobre el tráfico de armas, que es un problema mayor en México, principalmente por las armas de asalto y automáticas, este no es un tema que se resuelva solo poniendo algún operativo en la frontera, o tomando algunas medidas extra de seguridad en los corredores fronterizos. Realmente se necesitan algunos cambios en las relaciones con EU”, propone Velazco.
Velasco reconoció que México necesita hacer más para desensamblar el crimen organizado: “…como país, debemos averiguar cómo detener las operaciones de estas redes. Hemos estado tratando de hacer eso por algún tiempo y todavía lo estamos tratando de hacer todos los días y es una tarea muy difícil porque significa riesgos para la seguridad de muchas personas y también-, la pérdida de vidas y muchas cosas realmente, realmente, difíciles”.
“La lucha contra el crimen organizado no es fácil y ejerce una tremenda presión sobre quienes trabajan para las fuerzas de seguridad y las fuerzas del orden. EU puede hacer más para ayudar, argumentó.
Añadió que, “lo que también necesitamos que haga EU es averiguar las redes –de criminales- y los alcances de estas en su territorio porque desde nuestra perspectiva, evidentemente, está ahí el otro lado de la ecuación donde estas organizaciones distribuyen drogas. Naturalmente, muchas de esas actividades son las que proporcionan a estas organizaciones (con sede en México) el dinero que es el combustible detrás de sus actividades”.
Velasco agregó que México no quería que se siguieran estrategias que fracasaron en el pasado: “Atacar en realidad el modelo de negocio del crimen organizado entre los dos países, y no solo enfocarnos en estrategias particulares que hemos visto fallar en el pasado, como la estrategia del capo y muchas otras cosas que hemos visto que no han funcionado.
“El presidente de México, ha dejado en claro las políticas que cree que no funcionarán y que no queremos cooperación para el equipamiento militar. No queremos armas”.
Por otra parte, Gema Klope-Santamaria del Instituto Wilson ve lejana la posibilidad de real cooperación: “…..Las promesas de AMLO de poner fin a la guerra contra las drogas sacando a los militares de las calles, legalizando ciertas drogas y ofreciendo amnistías a los criminales elegibles, no se han cumplido.
“En cambio, su gobierno ha seguido confiando en operaciones militarizadas y en la selección y extradición de presuntos líderes de carteles de drogas. Por ejemplo, en 2019, México extraditó a un total de 58 personas y, para febrero de 2020, ya había completado un total de 30 extradiciones”.
Klope-Santamaria dijo que: “si bien estos números de extradición palidecen en comparación con los alcanzados durante las dos administraciones anteriores, muestran la continuidad de una política que ha mostrado malos resultados en términos de su capacidad para interrumpir el flujo de drogas a EU o en sus niveles de homicidio.
“En México y más significativamente, la Guardia Nacional recién creada por AMLO constituye una clara indicación de la intención del gobierno de asegurar la participación de los militares en las funciones de seguridad pública. Aunque se suponía que esta institución operaba bajo control civil, a agosto de 2020, el 80 por ciento carecía de capacitación y certificación como oficiales de policía, y parece haber poco ímpetu para cambiar esto”,
Remata diciendo que: “ Se ve una reconstrucción de una asociación compleja: perspectivas de las relaciones entre Estados Unidos y México bajo la administración de Biden”.
“El congreso de EU, está dispuesto a apoyar México”, ha dicho reiteradamente el legislador y miembro decano del Comité de Presupuestos –apropiaciones-, y del importante comité de Defensa Marítima y Fronteriza, Henry Robert Cuellar.
Cuellar agrega que “sin embargo temas viejos como “Soberanía”,-a que acuden funcionarios mexicanos-. a veces no nos permiten avanzar…hoy estamos luchando por reinstaurar los soportes económicos a México y al triángulos de Centroamérica que se requieren y que Trump desvalijo, sin embargo México tiene mucho que resolver aun con EU”, dijo aludiendo claramente a los recientes ataques en contra de la DEA y el endurecimiento en contra los acuerdos previos de cooperación para terminar con el terrorismo y la violencia, que México ha legislado últimamente y que limita programas conjuntos.
Para mí, es claro que México requiere dar más certeza jurídica a los inversores externos, dejar de atacar a las instituciones de otros países y ser congruente con su política de autodeterminación y no intervención en materia de política exterior. El ejecutivo debe de actuar simplemente de acuerdo a las funciones con que la constitución mexicana le confiere.
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