A punto de iniciar su primer viaje al exterior como presidente, Joe Biden ansía reafirmar el puesto de Estados Unidos en la escena mundial, llevar tranquilidad a unos aliados europeos profundamente estremecidos por su predecesor en la Casa Blanca y presentar la democracia como único baluarte frente a las fuerzas crecientes del autoritarismo.
El presidente estadounidense, quien se aprestaba el miércoles a partir hacia su primera escala en Reino Unido, ha presentado una visión amplia para su viaje de ocho días. Cree que Occidente debe demostrar públicamente que es capaz de competir económicamente con China a medida que el mundo supera la pandemia de coronavirus.
El presidente asistirá en primer término a una cumbre del Grupo de los Siete en Gran Bretaña. Luego irá a Bruselas a una cumbre de la OTAN y una reunión con los mandatarios de la Unión Europea.
De cara a la cumbre con el presidente ruso Vladimir Putin con la que concluirá su viaje, Biden tratará de asegurar a las capitales europeas que pueden volver a contar con Estados Unidos como socio fiable para frenar la agresión de Moscú, tanto en el frente oriental como en los campos de batalla en internet.
El foco del viaje serán los mensajes, más que medidas o acuerdos concretos. Adicionalmente, la prioridad suprema para Biden, es convencer al mundo que su gobierno demócrata no es apenas una desviación pasajera en la trayectoria de una política exterior estadounidense que muchos aliados temen cambió irrevocablemente de rumbo bajo el presidente Donald Trump, con su visión más transaccional.
“El meollo del viaje es impulsar lo fundamental de la política exterior de Joe Biden, de reunir a las democracias del mundo para enfrentar los grandes retos de nuestro tiempo”, dijo el asesor de seguridad nacional Jake Sullivan.
La lista de tareas de Biden es ambiciosa.
En su reunión en Ginebra, quiere presionar a Putin para que ponga fin a provocaciones como los ciberataques a empresas estadounidenses por parte de hackers asentados en Rusia, el encarcelamiento del líder opositor Alexei Navalny y los reiterados intentos abiertos y encubiertos del Kremlin de interferir en las elecciones estadounidenses.
Biden también quiere unir a los aliados en la respuesta al COVID-19; exhortarlos a adoptar una estrategia común para frenar a China, el competidor emergente económico y de seguridad nacional; expresar su preocupación por los vínculos económicos de Europa con Moscú y presionar a otros aliados como Australia para que participen más enérgicamente en la campaña mundial contra el calentamiento global.
Tras recorrer el mundo durante décadas como vicepresidente y presidente de la comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Biden descenderá por primera vez del avión presidencial como comandante en jefe. Se encontrará con unos mandatarios que aún están combatiendo la pandemia del CONVIS-19 y siguen nerviosos tras los cuatro años de la política exterior de Trump que tensó antiguas alianzas con su acercamiento a caudillos autoritarios.
Por AP
Créditos: washingtonhispanic.com