Joe Biden necesita pasar la página después de un agosto problemático, pero ¿puede hacerlo?
El índice de aprobación del presidente de Estados Unidos se encuentra en el punto más bajo desde que asumió el cargo, según el promedio de encuestas de RealClearPolitics, tras la caótica retirada del vecino del norte de Afganistán.
Las camas de las unidades de cuidados intensivos escasean nuevamente en partes del país. Los casos de COVID-19 promedian los 160 mil al día y los pacientes hospitalizados rondan los 100 mil a nivel nacional. Son cifras sombrías para el “verano de libertad” prometido que en realidad nunca llegó.
Biden planea viajar mañana a la ciudad de Nueva York y Nueva Jersey, donde las inundaciones por los restos del huracán Ida cobraron la vida de al menos 40 personas. El viaje se da tras su visita el viernes a Luisiana, donde la tormenta causó estragos después de tocar tierra, resaltando las preocupaciones de los demócratas progresistas sobre el cambio climático y sus exigencias de que la Administración Biden haga más para combatirlo.
Este es el contexto para un mes crucial en la agenda económica de Biden. Líderes demócratas esperaban aprovechar sus estrechos márgenes en la Cámara y el Senado para aprobar elementos clave del paquete de gastos e impuestos de 3.5 billones de dólares del presidente.
Pero el senador Joe Manchin, un demócrata moderado de Virginia Occidental cuyo voto es potencialmente decisivo, asestó un golpe al esfuerzo la semana pasada cuando solicitó una “pausa estratégica” y abogó por un paquete de medidas más pequeño.
La medida de Manchin alimentó especulaciones de que la agenda de Biden podría encaminarse hacia la derrota en el Congreso este otoño.
Es demasiado pronto para decir si eso es cierto. Pero está claro que al presidente le podrían servir un par de pausas para comenzar a cambiar la narrativa política y alejarla de los errores percibidos.
El éxito de su agenda y el destino de su partido en las elecciones de mitad de período del próximo año podrían estar en juego.
Por Bloomberg
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