El presidente, Joe Biden, afirmó este jueves en su primera rueda de prensa desde que llegó a la Casa Blanca que su Gobierno negocia con México para que reciba de vuelta a todas las familias migrantes que están llegando a la frontera, de forma que sólo los menores de edad y casos excepcionales tengan derecho a pedir asilo en Estados Unidos.
“México se está negando a recibirlas de vuelta. Están diciendo que no las recibirán. No a todas. Estamos negociando con el presidente”, dijo Biden, “creo que vamos a ver un cambio. Todas deberían poder regresar. Y las únicas personas que no vamos a dejar sentadas del otro lado del río Grande sin ayuda son los niños”.
La conferencia de prensa llega en un momento en que su Administración enfrenta el reto de creciente llegada de solicitantes de asilo, sobre todo de menores no acompañados.
El presidente, quien ha prometido consistentemente ofrecerles a los migrantes un trato “humano”, culpó a la Administración de Donald Trump de “desmantelar todos los elementos” que permitían lidiar con la llegada de migrantes. En concreto, dijo que su predecesor recortó la capacidad de camas en la frontera y redujo los fondos al Departamento de Seguridad Nacional, lo que está derivando en un mayor tiempo de estancia de los migrantes bajo custodia.
“Lo que estamos haciendo ahora es tratar de reconstruir el sistema para que podamos ser capaces de responder a lo que está pasando hoy”, dijo el presidente.
Un alto funcionario del Gobierno que viajó en una delegación esta semana a México para mantener conversaciones sobre posibles soluciones a la llegada masiva de migrantes dijo en una llamada con reporteros este jueves que no están “imponiendo demandas al Gobierno mexicano” ni “presión”, sino tejiendo un diálogo “positivo” y “constructivo”.
“La conversación no es solo sobre cómo vamos a lograr que México haga algo”, dijo, sino sobre una colaboración “más amplia” que conduzca a soluciones. “México entiende que esto también los afecta a ellos como destino”, agregó.
El funcionario, quien recalcó el plan de Biden de ayudar a los países de centroamericanos con 4,000 millones de dólares en cuatro años para atajar la pobreza y las causas de raíz de la inmigración, también dijo que esperan que esos países refuercen en sus nacionales la idea de que la frontera de Estados Unidos “está cerrada”.
“Tenemos que asegurarnos de enviar el mensaje de que la frontera está cerrada y que las personas no deben venir”, dijo.
La delegación viajará a Guatemala en los próximos días para una reunión con el presidente, Alejandro Giammattei, y otros funcionarios.
La semana pasada, México anunció restricciones para los viajes no esenciales a través de su frontera sur con Guatemala y Belice “para evitar la propagación del COVID-19”, y envió a cientos de agentes de inmigración y la Guardia Nacional a esa frontera para controlar los cruces. México no explicó por qué se anunció esa medida ahora, más de un año después del inicio de la pandemia.
El presidente también afirmó en la conferencia de prensa que “nada ha cambiado” en la frontera con México, preguntado sobre el aumento dramático del flujo de migrantes. Defendió que se trata de un fenómeno que “ocurre todos los años”.
“Hay un repunte en los meses de invierno, ocurre todos los años. Tienen más posibilidades de viajar en invierno por las temperaturas y porque las circunstancias en sus países son las que son”, justificó.
Biden designó esta semana a su vicepresidenta, Kamala Harris, como la encargada de liderar la misión de frenar la migración irregular desde Centroamérica y la coordinación con El Salvador, Honduras y Guatemala para combatir los problemas de violencia y corrupción que provocan la huida de sus ciudadanos hacia el norte.
La migración irregular de Centroamérica a Estados Unidos ha crecido en los últimos meses y ha colapsado el sistema de acogida, lo que ha provocado críticas hacia la nueva Administración.
Gran parte de las críticas se han centrado en la situación de los menores que han cruzado la frontera en las últimas semanas y que han tenido que quedarse más tiempo del permitido por la ley en centros de Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP, por su sigla en inglés) que están diseñados para adultos, no para niños o adolescentes.
“La única gente que no vamos a dejar sin ayuda es a los niños. Un punto importante es que la gran mayoría de menores vienen con una pulsera con un número telefónico. Antes ocurría semanas antes de que alguien llamara. En cuestión de 24 horas llamamos y hemos establecido un sistema de verificación para saber si es la persona que atiende la llamada es un pariente un traficante de personas. Si tienen un certificado de nacimiento entregamos al menor a sus padres inmediatamente”, explicó Biden.
Según fuentes gubernamentales citadas por los medios, la CBP tiene bajo su custodia alrededor de 5,000 menores de edad, mientras que los albergues del Departamento de Salud acogen actualmente a unos 15,000 niños y adolescentes que han cruzado la frontera sin la compañía de sus padres o un tutor legal.
Biden reiteró que su Gobierno jamás dejará a menor no acompañado al otro de la frontera “muriéndose de hambre”. “Ningún Gobierno anterior lo hizo, solo el de Trump. Por eso le pedí a Kamala Harris que se encargue de esta materia y los motivos por los que estos migrantes abandonan sus países”, aseveró.
El mandatario demócrata también se comprometió a permitir acceso a los periodistas a las instalaciones fronterizas, después de que su Gobierno limitara el acceso de la prensa.
“Me comprometo a que tengan acceso cuando mi plan están en marcha. Tan pronto como pueda poner en práctica lo que estamos haciendo. Yo no he ido a la frontera porque no me quiero convertir en el punto focal y llevar a una comitiva. Los periodistas endrán pleno acceso cuando el sistema esté en marcha”, contestó.
Con información de NBC News, USA Today, CNN.
Créditos: laopinion.com