Con cinco meses del cierre de la frontera entre México y Estados Unidos para viajes “no esenciales” y su ampliación un mes más, las ventas de los negocios del sur de Texas han caído en un 65 por ciento, de acuerdo con organismos empresariales.
Negocios regularmente visitados por los regiomontanos en McAllen, Laredo, Brownsville y la Isla del Padre se encuentran cerrados.
“Para subsistir los comercios han tenido que despedir a empleados y algunos cerrar”, dijo Carlos Marín, presidente de la Cámara de Comercio Internacional de McAllen.
Marín señaló que, a pesar de que la reapertura de comercios en Texas se dio desde finales de mayo, los compradores texanos no han sido suficientes para recuperarse, ya que requieren a los mexicanos.
En los Condados de Webb, donde se encuentra Laredo, y de Cameron, a los que pertenecen Brownsville y la Isla del Padre, las ventas han sufrido también una caída de entre un 60 y un 65 por ciento, según organismos empresariales.
En Brownsville, por ejemplo, tiendas del Sunrise Mall ya lucen con comercios cerrados y la afluencia de clientes es mínima.
Eddie Treviño, juez del Condado de Cameron y titular de la Coalición Fronteriza de Texas, integrada por autoridades desde El Paso hasta Brownsville, dijo que desde junio se envió una propuesta a la Secretaría de Seguridad Interna para abrir la frontera.
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