El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, pretende ser reelegido para un segundo mandato en 2020. Veamos cómo las elecciones pasadas afectaron al mercado de valores y explicaremos cómo podrás prepararte.
Ciclos electorales de EE. UU.: ¿cuánto tiempo duran las elecciones americanas?
Las elecciones en EE. UU. se celebran cada cuatro años y siempre el martes que sigue al primer lunes de noviembre. Las campañas electorales no siguen ningún marco temporal oficial y pueden variar en duración. Aun así, esto significa que las elecciones de EE. UU. tienden a ser mucho más prolongadas que en otras democracias occidentales y pueden durar hasta 500 o incluso 600 días de principio a fin. A continuación se muestra una plantilla proporcionada por el gobierno de los EE. UU. que describe el ciclo típico de una elección:
- Primavera del año anterior de las elecciones – Los candidatos empiezan a anunciar su intención de presentarse a presidente
- Verano del año anterior a las elecciones – Los debates comienzan a decidir qué candidato debe recibir la nominación presidencial de cada partido
- De enero a junio del año electoral – Se celebran primarias y asambleas electorales para reducir la lista de posibles candidatos. Los líderes además eligen a su compañero de fórmula que, en caso de salir victorioso, se convierte en el vicepresidente.
- De julio a principios de septiembre – Los partidos celebran convenciones de nominación para elegir a su candidato presidencial
- Septiembre y octubre – Comienzan los debates presidenciales entre los nominados de cada partido
- A principios de noviembre – Se celebra el día de las elecciones y el público vota a su próximo presidente
- Diciembre – Los electores emiten sus votos en el Colegio electoral
- A principios de enero del próximo año – el Congreso cuenta los votos electorales y, junto con los resultados del voto popular, se anuncia el ganador
- 20 de enero – Día de la inauguración del nuevo presidente, que toma oficialmente posesión del cargo
Un presidente solo puede ocupar el cargo por un máximo de dos mandatos, es decir, ocho años. Las elecciones tienden a favorecer al presidente en ejercicio si busca un segundo mandato, pero tampoco es raro que una vez que un partido y su presidente hayan completado su segundo mandato salga elegido el partido contrario.
También es muy importante recordar que «el presidente no es elegido por un voto popular nacional», que es el de los ciudadanos estadounidenses, según el gobierno de EE. UU. «Los votos totales del Colegio Electoral determinan el ganador, no la pluralidad estadística o la mayoría que un candidato pueda tener en los totales de votos populares nacionales». Los votos electorales se conceden en función del voto popular en cada estado, pero «es muy posible que el candidato que recoja más votos a nivel nacional no gane el voto electoral». Este fue el caso en las elecciones del año 2000 cuando George W. Bush ganó a pesar de perder el voto popular, y en las últimas elecciones, en las que ganó el actual presidente de los Estados Unidos, Donald Trump.
¿Cómo afectan las elecciones de Estados Unidos al mercado de valores?
Las acciones y los bonos experimentan un débil rendimiento antes de las elecciones
Según los datos de S&P 500 que se remontan al decenio de 1930, las pautas sugieren que las acciones y los bonos tuvieron un rendimiento mediocre en el año anterior a una elección en comparación con otros años. El promedio de ganancias en el período de 90 años descendió al 7,5 %, pero el promedio del año anterior a una elección se acerca más al 6 %, según el Banco de los Estados Unidos. El débil rendimiento de las acciones tiende a continuar también en el año posterior a unas elecciones, pero los bonos tienden a «superar ligeramente» el rendimiento.
Los mercados de valores siguen una especie de ciclo presidencial
El desempeño de la economía y el mercado de valores se correlaciona de alguna manera con el ciclo presidencial de cuatro años. Según el Stock Trader’s Almanac, las caídas, las recesiones e incluso las guerras tienden a ocurrir durante los dos primeros años del mandato de un presidente, y es más probable que se produzca un crecimiento próspero en la segunda mitad del mandato de un presidente. Simplemente, eso significa que el rendimiento de los mercados no es tan bueno en los dos años posteriores a una elección en comparación con el tercer y cuarto año.
Los mercados prefieren reelegir a un presidente que elegir a uno nuevo
Los mercados no suelen tener preferencia entre demócratas y republicanos en la Casa Blanca (aunque los republicanos han generado mejores rendimientos promedio que los demócratas), pero los rendimientos son generalmente más altos cuando un presidente (o partido) es reelegido que si llega uno nuevo al poder.
Esto no es sorprendente, ya que un presidente en ejercicio que busca la reelección ofrece más seguridad a los inversores que cuando nuevos competidores de ambos lados compiten por la presidencia, o cuando existe un mayor riesgo de que la oposición pueda ganar e introducir potencialmente un cambio radical. Esto implica que las elecciones de 2020 deberían ser más estables para los mercados financieros que las de 2016. Aun así, vale la pena resaltar que el catastrofismo que algunos esperaban cuando Trump entró en la Casa Blanca nunca se materializó.
Los mercados prefieren un gobierno unido a uno dividido
El sistema estadounidense hace que la Casa Blanca, el Congreso y el Senado estén en juego en las elecciones. Esto significa que un partido puede ganar la presidencia, pero el otro puede controlar la Cámara de Representantes o el Senado. Según una investigación de InvesTech, los rendimientos medios de InvesTech son más altos cuando un partido lo controla todo, y ligeramente más bajos cuando uno es dueño de la Casa Blanca pero otro controla la Cámara y el Senado.
Sin embargo, cuando un partido controla la Cámara y el otro el Senado, los resultados son generalmente mucho peores (aunque todavía positivos). Los presidentes ejercen un poder considerable sobre la economía y los negocios. Por ejemplo, el presidente puede elegir quién dirige la Reserva Federal (Fed). Es el Congreso el que emite las leyes y el Senado el que las aprueba, así que tenerlos del lado del presidente se considera importante si se va a producir algún cambio real.
Cómo prepararse para las elecciones de EE. UU. de 2020
Los resultados de las elecciones anteriores y el impacto que tienen en los mercados pueden ayudarte a identificar patrones que podrían resaltar las oportunidades si continúan avanzando, pero no son una garantía para predecir lo que sucederá en 2020.
El estado de la economía de los Estados Unidos ha desempeñado un papel importante en el resultado de las elecciones en el pasado, por lo que el estado de los empleos, los salarios, la inflación y la productividad contribuirán a dictar el estado de ánimo este año. Sin embargo, es importante recordar que los presidentes y sus políticas pueden tener una influencia significativa en la salud de la economía de Estados Unidos. No obstante, los acontecimientos inesperados, a menudo relacionados con la defensa y la política exterior, han ocupado el centro del escenario en las elecciones anteriores, como sucedió con los atentados del 11 de septiembre de 2001.
A continuación aparece una lista de los temas más importantes para los votantes estadounidenses según la última encuesta de Gallup, que se llevó a cabo entre el 2 y el 15 de diciembre de 2019. Esto significa que no se han tenido en cuenta algunos acontecimientos importantes, como los acontecimientos de Irán o el brote de coronavirus, que pueden cambiar la importancia de ciertas cuestiones a medida que avanza el año. Si el brote de coronavirus sigue provocando el caos cuando se celebren las elecciones en noviembre, Trump podría tener una economía significativamente más débil de la que alardear.
Es muy importante | Extremadamente importante + muy importante | |
Atención médica | 35 % | 81 % |
Terrorismo y seguridad nacional | 34 % | 80 % |
Política de control de armas | 34 % | 74 % |
Formación | 33 % | 83 % |
La economía | 30 % | 84 % |
Inmigración | 28 % | 74 % |
Cambio climático | 26 % | 55 % |
Aborto | 25 % | 64 % |
Distribución de los ingresos y la riqueza | 25 % | 58 % |
Déficit del presupuesto federal | 23 % | 72% |
Impuestos | 23 % | 69% |
Relaciones entre razas | 23 % | 66 % |
Infraestructura | 22 % | 74 % |
Asuntos exteriores | 21 % | 64 % |
Comercio internacional | 18 % | 68 % |
Derechos LGBT | 11 % | 38 % |
(Fuente: Encuesta de Gallup realizada entre el 2 y el 15 de diciembre de 2019)
Cómo operar con las elecciones de EE. UU. de 2020
Para los inversores, lo mejor es seguir una estrategia a largo plazo. Los ciclos económicos y empresariales típicos duran mucho más que un mandato presidencial (o incluso dos), por lo que los inversores deben evitar la tentación de reaccionar ante cualquier volatilidad o incertidumbre a corto plazo que surja durante un año electoral. La mejor manera de protegerte de cualquier posible desventaja que unas elecciones ofrezcan es asegurarte de tener una cartera verdaderamente diversificada que pueda capear un descenso en cualquier área específica.
En cambio, los inversores deberían aprovechar las elecciones como una oportunidad para revaluar sus carteras y considerar cualquier nueva política que pudiera afectar a sus inversiones y ajustar y reequilibrar sus participaciones en consecuencia. La volatilidad a corto plazo puede presentar oportunidades para aquellos inversores que buscan ir largo o corto.
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¿Cómo afectaron las anteriores elecciones estadounidenses al mercado de valores?
Veamos el desempeño del S&P 500 durante las últimas 10 elecciones de EE. UU. Cada gráfico cubre un período de cuatro años, desde dos años antes del día de las elecciones hasta dos años después. Esto significa que cada gráfico sigue al anterior.
Elecciones de 1980
El republicano Ronald Reagan venció al presidente en ejercicio, el demócrata Jimmy Carter, en las elecciones de 1980, convirtiendo a este último en uno de los pocos presidentes que no puedo gobernar durante un segundo mandato. Reagan ganó con una victoria aplastante, ya que sus promesas de introducir la economía centrada en la oferta, defender el conservadurismo de libre mercado y aumentar el gasto en defensa resonaron entre los votantes.
Carter había luchado por revivir una economía deprimida que experimentaba una alta inflación, desempleo y tipos de interés. Sin embargo, los mercados sufrieron durante los primeros 18 meses de la presidencia de Reagan cuando el país entró en recesión en 1981, causada en parte por una crisis petrolera a finales de la década de 1970 provocada por una revolución en Irán.
Elecciones de 1984
La economía estadounidense comenzó a recuperarse a mediados de 1982, y el año siguiente se había recuperado en gran parte, lo que colocó a Reagan y a sus políticas económicas en una base sólida para volver a ganar las elecciones en 1984, cuando venció al candidato demócrata y exvicepresidente Walter Mondale.
La reducción de impuestos y la desregulación ayudaron a controlar la inflación y a reducir el desempleo. Los beneficios de las empresas se dispararon cuando Reagan inició una década conocida por la introducción del consumismo, que impulsó a los mercados de valores a nuevos máximos.
Elecciones de 1988
El presidente Reagan, no pudiendo cumplir otro mandato, se retiró y dio paso a que su vicepresidente George H. W. Bush se hiciera cargo de la nominación republicana contra el candidato demócrata Michael Dukakis. Bush ganó y fue la primera vez que un partido había logrado asegurar un tercer mandato consecutivo desde hace 40 años. Entre la recesión de 1982, cuando el mercado tocó fondo, y octubre de 1987, el S&P 500 había subido un 161 %, pero se desplomó durante aquel conocido «lunes negro».
El desplome fue corto y repentino y los mercados de todo el mundo sufrieron la mayor caída de la historia en un solo día. Sin embargo, Estados Unidos evitó entrar en un mercado bajista, ya que los mercados comenzaron a recuperarse rápidamente y los alcistas retomaron donde lo habían dejado con una carrera que venía sucediendo desde 1982.
El S&P 500 registró enormes ganancias bajo el mandato de Reagan, y recuperó prácticamente todas las pérdidas causadas por el desplome en un año. Esto hizo que la confianza en la economía de Reagan se mantuviera alta, proporcionando a Bush bases sólidas sobre las que construir sus propias políticas. Sin embargo, EE. UU. entró en una recesión relativamente leve en 1990, lo que melló la confianza en sus primeros años.
Elecciones de 1992
La economía estadounidense comenzó a recuperarse en 1991, lo que puso a Bush en camino de volver a ganar las elecciones en 1992. Sin embargo, se convirtió en el tercer presidente incapaz de asegurar un segundo mandato después de perder contra el demócrata Bill Clinton. Mientras que a Reagan se le recordaba por su alto crecimiento, su bajo desempleo y sus bajos impuestos, Bush heredó la deuda y el déficit resultantes y se le castigó por romper su promesa de no aumentar los impuestos.
Una de las promesas de campaña de Clinton incluía abordar la brecha entre los ricos y los pobres, la cual se había ensanchado bajo el mandato de Reagan y Bush. La cuestión era bien sencilla; las ventajas económicas, así como los votantes que Bush había heredado de Reagan se habían desvanecido y heredó las consecuencias de las políticas de su predecesor.
Además, la fortaleza percibida de Bush en materia de política exterior y defensa tras la Guerra del Golfo había disminuido a medida que las principales amenazas se atenuaban, con el fin de la Guerra Fría, la desaparición de la Unión Soviética y la paz relativa en Oriente Medio.
Esto significaba que el foco estaba en la economía que, aunque crecía, parecía mucho más vulnerable. Los votantes pueden buscar una nueva gestión cuando la economía no está en auge. Aun así, el S&P 500 siguió a un nivel más alto después de la recesión, pero a un ritmo mucho más lento y constante que el que se experimentó en los años 80.
Elecciones de 1996
Clinton asumió el cargo cuando EE. UU. salió de una recesión y supervisó con éxito el inicio de un auge económico en su primer mandato. Estaba un poco aturdido políticamente después de que los republicanos ganaran la Cámara y el Senado en las elecciones de mitad de período de 1994, pero recuperó terreno gracias a la estabilidad de la economía. El S&P 500 había subido más del 57% durante el primer mandato de Clinton.
Clinton ganó un segundo mandato después de vencer al candidato republicano Bob Dole, pero los demócratas no lograron recuperar la Cámara y el Senado. No obstante, el crecimiento de la economía y los mercados se aceleró durante los dos años posteriores a las elecciones, y el S&P 500 se disparó en un 47% cuando el auge de las puntocom comenzó a despegar y los inversores se lanzaron a comprar acciones de nuevas tecnologías e Internet.
Elecciones de 2000
El crecimiento de la economía comenzó a disminuir a finales de los años noventa y culminó con el estallido de la burbuja de las puntocom en marzo de 2000, pocos meses antes de las elecciones, lo que provocó un descenso de la economía, que estaba al borde de la recesión.
Una «lista limpia» de candidatos compitió después del segundo mandato de Clinton. Su vicepresidente, Al Gore, tomó las riendas pero no logró evitar al republicano George W. Bush, hijo del anterior presidente George H. W. Bush. Las elecciones fueron consideradas como unas de las más reñidas de la historia considerando que Bush perdió el voto popular, pero aun así ganó las elecciones tras el voto electoral.
Elecciones de 2004
Bush volvió a ganar las elecciones tras vencer al candidato demócrata John Kerry en las elecciones de 2004. La popularidad de Bush se había fortalecido en su primer mandato cuando la economía comenzó a recuperarse y el país estaba afligido después de los ataques del 11 de septiembre. A principios de 2003 comenzó a haber un giro de tendencia en los mercados financieros, cuando el S&P 500 se recuperó después de dos años de descenso vertiginoso.
Sin embargo, la «guerra contra el terrorismo» de Bush y la guerra de Irak de 2003 dañaron su posición ante los votantes, dando como resultado una estrecha victoria. Mientras que la economía figuraba en la campaña, la política exterior tuvo un peso mayor. El S&P 500 ganó terreno después de que Bush ganara su segundo mandato, pero se mantuvo por debajo del máximo alcanzado antes de la crisis.
Elecciones del año 2008
La economía, en retrospectiva, era muy vulnerable cuando el segundo mandato de Bush llegó a su fin. El país sufrió una burbuja inmobiliaria en 2005 y 2006, que llegó a desencadenar el caos para los valores respaldados por hipotecas que poseían los bancos de inversión, muchos de los cuales quebraron o requirieron enormes rescates públicos, en 2007 y 2008, cuando se produjo el colapso financiero. Oficialmente, la crisis duró unos 19 meses, entre diciembre de 2007 y junio de 2009.
El momento de la caída fue significativo considerando las elecciones de 2008, dejando al demócrata Barack Obama y al republicano John McCain en una lucha por la economía en sus manos. Se consideró que McCain estaba fuera la realidad después de hacer comentarios tales como «los fundamentos de nuestra economía son fuertes» solo un día después de que Lehman Brothers quebrara. Obama ganó cómodamente las elecciones para convertirse en el primer presidente afroamericano de la historia.
Elecciones del año 2012
Las elecciones de 2012 se centraron firmemente en las cuestiones internas y en la recuperación de la economía tras la recesión. Obama ganó un segundo mandato al vencer al candidato republicano Mitt Romney con sus promesas de abordar temas como la seguridad social, los presupuestos y su emblemática Ley de asistencia asequible.
El S&P 500 había comenzado el largo ascenso de vuelta de los mínimos de 2008, pero seguía siendo volátil y muy por debajo de los niveles anteriores a la recesión. La recuperación se aceleró tras la reelección de Obama y alcanzó en 2014 niveles que no se habían visto desde antes de que estallara la burbuja de las puntocom.
Elecciones del año 2016
Obama completó su segundo mandato y fue considerado un éxito por haber guiado la economía hacia la recuperación. El S&P 500 había alcanzado más del doble su valor durante su mandato y alcanzó nuevos máximos históricos. Pero la economía seguía siendo el centro de atención en las elecciones de 2016, cuando el republicano Donald Trump venció por poco a la candidata demócrata Hillary Clinton, la esposa del expresidente Bill Clinton.
Clinton trató de promover su experiencia política y prometió expandir las políticas de Obama en temas como la atención médica, pero el controvertido y abrasivo enfoque de Trump logró atraer mucha cobertura mediática. Su lema Make America Great Again alimentó un movimiento anti-establishment. El resultado fue uno de los más impactantes en la historia de los Estados Unidos.
Clinton lideraba prácticamente todas las encuestas realizadas antes de que se abrieran los comicios y en realidad ganó 2,7 millones de votos populares más que Trump, pero este recibió la mayoría del voto electoral.
Trump puso a la economía en la vanguardia de sus políticas y apuntó felizmente hacia el rendimiento del mercado de valores durante su mandato, aunque no se correlacione directamente con el estado de la economía. Sin embargo, también causó dolor a los mercados financieros con sus guerras comerciales y su enfrentamiento con países como Irán y Corea del Norte. Aun así, los mercados de los Estados Unidos alcanzaron nuevos máximos históricos durante el primer mandato de Trump, antes de que se descarrilaran considerablemente a causa del brote de coronavirus a principios de 2020.