El futuro de Abbott tras decisiva victoria

Comienza tercer mandato con una sólida posición y creciente perfil nacional aunque sigue lidiando con los tensos eventos de hace dos años

Una pandemia sin precedentes que cerró la economía estatal y mató a miles de texanos.

Una falla en una planta eléctrica que dejó a millones de personas congelándose en la oscuridad. El tiroteo escolar más letal en la historia del estado. El final de un derecho constitucional de 50 años al aborto y un incansable flanco de la derecha y luego, Beto O’Rourke.

El gobernador Greg Abbott está emergiendo de los dos años más tumultuosos de su gubernatura con una decisiva victoria en su reelección. Su triunfo fue uno de los más brillantes para los republicanos en todo el país la noche de la elección, mientras las expectativas del partido fallaron con la “oleada roja”.

Después de derrotar a O’Rourke –el demócrata más prominente de Texas en la historia reciente– Abbott empieza su tercer término en una sólida posición, con un creciente perfil nacional y un mandato gubernamental ante los ojos de sus compañeros republicanos.

Aunque, Abbott enfrenta grandes expectativas para la siguiente sesión legislativa, presiones desde dentro de su partido y cuestionamientos acerca de su propio futuro político. Sin mencionar que sigue lidiando con respuestas políticamente tensas sobre los eventos importantes del último par de años, como la masacre de Uvalde que provocó la muerte de 19 niños en edad escolar.

“Él ganó claramente por dos dígitos”, comentó el representante republicano estatal Dustin Burrows de Lubbock, refiriéndose al margen de 11 puntos que logró Abbott sobre O’Rourke. “Creo que la gente de Texas ha hablado y creo en su agenda, así que, si uno quiere catalogar eso como un mandato, lo es”.

Aunque no es el mismo Greg Abbott que ganó la reelección con facilidad en el 2018. En los dos últimos años, el gobernador ha experimentado un impresionante porcentaje de aprobación que ha llegado a su punto más bajo y luego, se recuperó parcialmente, en la más reciente encuesta realizada por la Universidad de Texas, que mostró un porcentaje estrechamente positivo.

Es en contra de ese contexto que Abbott se aproxima a su tercer término con una percibida ambición de estar bajo unos reflectores más grandes. No ha mostrado indicios de detener sus esfuerzos, en ocasiones sin precedentes, para asegurar la frontera, y sigue manteniendo abierta la posibilidad de postularse para presidente.

Los demócratas aseguran que la elección debe ser aleccionadora para Abbott. Aunque ganó, ellos hicieron notar que tuvo que gastar una gran cantidad de dinero para derrotar a su contrincante O’Rourke, quien argumentó que Abbott se estaba convirtiendo en alguien demasiado extremo.

“El único mandato de Abbott en este momento es gobernar con una mano constante y bipartidista y solucionar los problemas que actualmente impactan las vidas diarias de los texanos –y no acelerar la cultura de la guerra extrema que desea su base de extrema derecha, la cual está disminuyendo”, comentó Jamarr Brown, director ejecutivo del Partido Demócrata de Texas, a través de un comunicado.

La campaña de Abbott no respondió a la petición que se le hizo para ser entrevistado o comentar para este reportaje.

Su oficina va a sufrir una sacudida después de la elección, ya que el jueves de la semana pasada anunció que su jefe de gabinete durante cinco años, Luis Sáenz, dejará de desempeñar ese puesto.  Sáenz será reemplazado por Gardner Pate, quien presidió la campaña de Abbott.

El gobernador movió al estado más a la derecha en los dos últimos años que en todo el período de su mandato. Y aunque ha enfrentado controversia tras controversia a lo largo del camino, ha hecho algunas apuestas arriesgadas –por ejemplo, se ha asegurado que la planta eléctrica no falle nuevamente.

Y aunque O’Rourke acusó a Abbott de ser demasiado extremista con el aborto y las armas –los sondeos demostraron que los votantes estaban de acuerdo con eso– Abbott siguió intratable, rehusándose a considerar cualquier medida para restringir el acceso a las armas de fuego o reconsiderar la prohibición de la interrupción del embarazo en el estado.

Por el contrario, mantuvo su mensaje enfocado en la seguridad fronteriza y la economía. Incluso, los asesores de O’Rourke admitieron posteriormente que Abbott hizo un buen trabajo manteniendo el enfoque en temas que lo favorecían.

Sin embargo, la campaña del gobernador no cumplió con las expectativas en todos los frentes, las encuestas de salida mostraron que no logró su objetivo de ganar la mayoría de votantes hispanos en todo el estado.

Promesas de campaña y la próxima sesión

Abbott hizo algunas promesas específicas en su campaña que colocaron el escenario para la próxima sesión legislativa, que empezará el 10 de enero. Lo principal entre eso fue reservar por lo menos la mitad de los 27 billones de dólares del estado para el alivio del impuesto predial, que el gobernador publicitó como “el recorte al predial más grande en la historia del estado”.

También enfatizó el darles a los padres de familia más dinero para la educación de sus hijos. Lo más notable es que declaró que debería seguir el financiamiento estatal para los estudiantes, independientemente del tipo de escuela a la que asistan, una declaración que representó un beneficio para los simpatizantes de los vales escolares.

“Él ha sido muy claro y directo en lo que espera o lo que desea que se haga y creo que los votantes respondieron a eso, creo que tenemos la esperanza de ver cierto movimiento en esos dos temas”, comentó Greg Sindelar, director general de Políticas Públicas de Texas el grupo de expertos conservador con sede en Austin.

Abbott está decidido a seguir dándole prioridad a la seguridad fronteriza en la siguiente sesión. Eso podría significar mantener o expandir el Operativo Lone Star, el programa de 4 billones de dólares que en su punto álgido desplegó casi 10 mil soldados de la Guardia Nacional de Texas a la frontera u otras partes del estado para frenar el cruce de migrantes.

El gobernador también inició un muro fronterizo financiado por el estado y ocupó los titulares al enviar a miles de migrantes en autobús a ciudades gobernadas por demócratas.

Aunque ha tomado una acción sin precedentes en la frontera, aún no ha logrado la aceptación de algunos de sus compañeros republicanos quienes aseguran que no está haciendo lo suficiente.

Eso quedó de manifiesto la semana pasada, ya que Abbott reiteró la acción que tomó durante el verano para tratar la situación como una “invasión” de acuerdo a la Constitución de Estados Unidos y ordenar a las autoridades estatales que vuelvan a aprehender a los migrantes en la frontera.

Al igual que cuando Abbott anunció la medida en el mes de julio, algunos integrantes de su propio partido dijeron que era insuficiente debido a que no está permitiendo que las autoridades estatales regresen a México a los migrantes.

Abbott logró un respiro con la derrota de la republicana Kari Lake en la competencia a la gubernatura de Arizona. Lake había aceptado fortificar la frontera más agresivamente que Texas, por lo que los críticos conservadores de Abbott, algunos de los cuales hicieron campaña abiertamente a favor de Lake, estaban preparados para enfrentar al gobernador texano con ella.

El mandatario estatal también enfrentará una presión dentro del partido sobre las prioridades legislativas del Partido Republicano en Texas, que incluyen cierto terreno común aunque también algunas causas que Abbott ha estado reacio a aceptar.

Entre ellas está la prohibición de “la modificación de género en los niños”, o los tratamientos médicos para los niños transgénero. Esa presión se ha intensificado contra Abbott desde que Florida aprobó recientemente esa prohibición.

“Después de las victorias republicanas por dos dígitos en cada competencia en todo el estado, Abbott regresa con un mandato para gobernar”, comentó Matt Rinaldi, presidente del Partido Republicano de Texas a través de un comunicado, mencionando las promesas de Abbott sobre el impuesto predial y la opción escolar. “Ahora, los republicanos necesitan cumplir”.

Burrows, quien preside la agenda del Comité de Calendarios de la Cámara, comentó que espera que los republicanos se unan en los “temas importantes” como el impuesto predial y el derecho parental.

Temas no resueltos

La reelección de Abbott estuvo animada por una serie de calamidades que Texas ha soportado desde principios del 2020. Justo debido a que él gano no significa que las fallas en esos eventos hayan terminado.

En Uvalde, la duda persiste acerca de una pésima respuesta de las autoridades al tiroteo ocurrido en mayo, en donde la Policía tomó más de una hora para abatir al responsable.

Durante la campaña, Abbott se apoyó mayormente en el hecho de que los comités especiales estaban diseñando recomendaciones legislativas relacionadas con el tiroteo –recomendaciones que se espera sean dadas a conocer en las próximas semanas.

Otra duda es el destino que tendrá Steve McCraw, director del Departamento de Seguridad Pública de Texas, cuya agencia está entre las que fallaron en su respuesta al ataque.

Abbott no ha dado públicamente ningún indicio de que haya perdido la fe en McCraw, aunque ese leal aliado del gobernador ha enfrentado llamados para que renuncie después del tiroteo. También ha pasado dos años agotadores como jefe de la agencia que supervisa las iniciativas de seguridad fronteriza de Abbott.

El senador estatal demócrata que representa a Uvalde, Roland Gutiérrez, en repetidas ocasiones ha dicho que Abbott debería pedirle a McCraw que renuncie.

Abbott trató infructuosamente de derrotar a Gutiérrez en la elección del 8 de noviembre, apoyando a su contrincante y utilizando sus propios fondos de campaña para comprar anuncios televisivos para atacar a Gutiérrez. Sin embargo, Gutiérrez ganó por un cómodo margen en su distrito, mayormente demócrata, y se ha comprometido a aumentar la presión sobre Abbott en relación con McCraw.

En cuanto a la planta eléctrica, el gobernador ha declarado que todo lo que se necesitaba hacer para arreglarla se hizo en la sesión legislativa regular del 2021. Sin embargo, un líder estatal, el subgobernador Dan Patrick, consistentemente ha mostrado su desacuerdo, incluyendo durante su campaña de reelección.

En los anuncios de televisión de la campaña, Patrick presumió la exitosa presión que logró para que renunciaran los designados de Abbot, quienes supervisaron la planta. Uno de los últimos anuncios publicitarios en televisión de Patrick prometió que seguiría “fortaleciendo nuestra planta eléctrica”.

Y sobre el aborto –que al parecer es el tema principal de los demócratas en la elección– algunos republicanos de la Legislatura expresaron su apoyo agregando la violación y el incesto como excepciones a la casi total prohibición del estado.

Sin embargo, Abbott ha dicho que sólo desea revisar las excepciones para salvar la vida de una persona embarazada y los demócratas se sienten profundamente escépticos de que los republicanos hagan lo que dijeron durante sus campañas.

Y lo que es más, Abbott tendrá que navegar entre una dinámica especialmente tensa entre los “Tres Grandes” –el gobernador, subgobernador y el presidente de la Cámara estatal.

La aversión de Patrick hacia el presidente de la Cámara, Dade Phelan, ha estado bien documentada, Patrick está entrando a la siguiente sesión más envalentonado que nunca. La elección produjo que su camarilla política republicana sea más leal y este martes dijo que está preparado para acompañar al “más conservador de los Senados que haya habido”.

Mientras estos temas están incubándose, la duda permanece acerca del futuro político de Abbott.   ¿Se postulará para presidente en el 2024? ¿Este será su último término? Abbott no ha descartado postularse a la Casa Blanca.

Sin embargo, el principal estratega político, Dave Carney, le restó importancia a la posibilidad de una llamada post-electoral con los reporteros, haciendo notar que Abbott tiene una “enorme sesión” que se llevará a cabo en enero.

“Nunca hemos discutido eso”, dijo Carney acerca de que el gobernador pueda lanar una candidatura para presidente. “Nos estamos enfocando en nuestro trabajo en Texas”.

Al igual que muchos candidatos prospecto para el 2024, la decisión de Abbott podría ser influenciada por el ex presidente Donald Trump, quien anunció este martes su tan esperado regreso a la campaña. Abbott ha guardado silencio ante el anuncio de Trump.

El gobernador hizo campaña con el apoyo de Trump en su elección primaria pero se distanció de él en la elección general, no asistió al mitin que organizó el ex presidente en Texas el fin de semana antes de la votación temprana.

En un podcast en donde fue entrevistado después de la elección, Carney dijo que la campaña de Abbott está analizando la información para mejorar su posición para la campaña de reelección del 2026. Aunque dijo que eso sucederá “si el gobernador decide competir nuevamente”.

Si Abbott busca y gana un cuarto término, podría convertirlo en el gobernador con más años de servicio que haya habido. Su predecesor Rick Perry mantiene el récord con un período de 14 años.

Brown, el director ejecutivo del Partido Demócrata de Texas, hizo notar que Abbott apenas y aparece en los sondeos para el 2024 para presidente y dijo que debería enfocarse en tener un mejor desempeño en su puesto actual.

“Yo no voy a tomar ninguna decisión por el gobernador”, dijo Burrows, representante estatal del Partido Republicano. “Creo que él ha sido un gobernador fenomenal y podría hacer muchas cosas grandiosas no sólo por Texas sino también en otros lugares”.

Patrick Svite/ The Texas Tribune

Foto: The Texas Tribune

Créditos: diario.mx

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