La humanidad ha sufrido en lo que va de este siglo los estragos de la pandemia del Covid-19, que marcarán un cambio brutal en las economías y las sociedades. La inacción sería lo más terrible que podría sumarse.
Hasta hoy, las esperanzas de las sociedades del mundo para superar los efectos mortales de la pandemia están depositadas en la vacuna que ha sido producida por diversos laboratorios y que ya se está aplicando en diversos países.
Aunque como se pronosticaba la logística de producción de vacunas y aplicación de éstas a la población podrá tomar al menos lo que resta del 2021; esta ralentización de los programas de vacunación podría acarrear efectos económicos adicionales y esto representa un sombrío panorama para las economías emergentes, que solo podrán paliarse si los gobiernos mejoran la logística de vacunación y ponen en marcha medidas de control económico adecuadas.
Esta semana salió a la luz que en Estados Unidos (EU), Donald Trump había mentido también, como en tantas muchas otras cosas, acerca de las reservas para vacunas en este país, lo que pondrá en aprietos a la nueva administración de Joe Biden.
La importancia de esto radica en que el problema final es que los laboratorios que producen vacunas dicen que Trump rechazó las ofertas de producción y compras adecuadas lo que ocasionará más muertes y una recuperación económica lenta. AI igual que en EU, los países que no tengan un esquema efectivo real de vacunación sufrirán retrasos para restablecer su economía, por lo que debe existir un paralelismo entre el equilibrio de la salud y una sana economía.
Para subsanar el daño de Trump en este tema, Biden ha prometido, y el congreso lo ha aprobado, una ayuda de inyección económica de más de tres billones de dólares; que no solo permitirían hacer frente a la depresión económica sino que apoyaría indirectamente a la economía de México.
Un reporte preparado para diversos comités del congreso de EU sumariza que en los meses transcurridos desde el inicio del brote de Covid-19, se ha extendido a más de 200 países y ha afectado negativamente el crecimiento económico mundial, más allá de lo experimentado en casi un siglo, quizás sobrepasando los efectos macro de la gran depresión.
Después de una caída brutal en el mes de Julio, las economías desarrolladas experimentaron una recuperación ascendente, mientras que las tasas de crecimiento en las economías en desarrollo se quedaron rezagadas; esos son los indicadores.
Ante la segunda ola de la pandemia y los altos niveles de infección varias economías en desarrollo desde septiembre renovaron los llamamientos para cierres y toques de queda y amenazan con debilitar o retrasar una recuperación económica sostenible. Este primer trimestre en México, ya las cifras indican que este será el lapso más golpeado de lo que va de la pandemia y la endeble economía familiar de los mexicanos que no reciban ayuda adecuada o “remesas”. Hoy los servicios médicos en México están desbordados.
Algunas estimaciones indican que entre 100 y 110 millones de personas en todo el mundo podrían entrar en la pobreza extrema como resultado de la contracción de la economía mundial. Además, algunas otras proyecciones indican que el comercio mundial –actividad estratégica para México-, podría caer en una cifra anual del 9.2 por ciento, dependiendo de la profundidad y el alcance de la recesión económica mundial, lo que tendría un costo económico especialmente alto para las economías emergentes y en desarrollo dependientes del comercio internacional, como lo es México.
Podemos, sin mucho esfuerzo, deducir que en México deberá de construirse un esquema de soporte de ayuda económica para las familias con cantidades efectivas que representen un adecuado apoyo económico y no solo entregas esporádicas durante el resto de la crisis.
Las secretarias de economía deberán trabajar para implementan programas de soporte fiscal y préstamos blandos a largo plazo para un sano sostenimiento de industria y comercio especialmente a pequeños negocios.
Las industrias relacionadas con servicios concesionados o indirectos de energía, transportación, hospedaje y las todas las actividades económicas estratégicas, incluyendo las de aviación, deben de ser soportadas porque de ello depende una sana economía nacional; en el caso de México las autoridades deben trabajar para restablecer la confianza, seguridad jurídica e implementación de los contratos con firmas tanto nacionales como extranjeras, negociar una suave y adecuada implementación en las obligaciones derivadas de los acuerdos internacionales especialmente el T-MEC; y utilizar los fondos de financiamiento que México tiene ante instituciones mundiales. Es preferible endeudarse que ver como muere la población ante los errores o la inacción de los gobernantes. No hacerlo acarrearía un deterioro mayor en la salud y en la economía.
Como colofón le dejo a Usted parte de la introducción del estudio comentado del congreso que indica que: “El impacto económico total de la pandemia probablemente seguirá sin estar claro hasta que los efectos negativos para la salud alcancen su punto máximo. Los costos humanos en términos de vidas pérdidas afectarán permanentemente el crecimiento económico global, además del costo de los crecientes niveles de pobreza, vidas trastornadas, carreras descarriladas y un mayor y manifiesto malestar social”.
