Joe Biden continúa tomando acciones para mejorar el sistema de justicia criminal, una de sus principales promesas de campaña en la carrera rumbo a la Casa Blanca.
El presidente perdonó a tres personas y acortó la sentencia de prisión a 75 internos más el día de ayer, en lo que representó su primera acción de clemencia desde que tomó el cargo.
Oficiales de la Casa Blanca citados por la Radio Pública Nacional (NPR, por sus siglas en inglés), afirman que el mandatario cree que muchas personas, sobretodo de color, están cumpliendo sentencias muy largas por crímenes relacionados a alguna droga.
Muchas de las sentencias que fueron acortadas por el presidente es porque bajo las nuevas leyes de drogas serían acreedores a una sentencia menor o porque ya se encuentran actualmente bajo arresto domiciliario.
AHORA ES UN HOMBRE LIBRE
“Es un gran alivio. Me sentía obsceno con esa condena en mi récord, aún cuando el gobierno y yo sabíamos que era inocente”, dijo Abraham Bolden.
Bolden fue el primer agente de raza negra del Servicio Secreto que formó parte del equipo de protección a un presidente de Estados Unidos. Mantuvo su inocencia y expuso que fue víctima de una persecución tras exponer conductas racistas y un trato no profesional.
Afirmó que la llamada le tomó por sorpresa, pero estaba seguro de que la verdad saldría a la luz. Abraham Bolden fue acusado en 1964 de robar una copia de un archivo del Servicio Secreto, si bien su primer juicio terminó con un jurado dividido, fue encontrado culpable en un segundo juicio a pesar de que algunos testigos admitieron haber mentido a petición de la fiscalía.
El presidente Joe Biden también perdonó a Betty Jo Bogans de Houston y Dexter Eugene Jackson de Georgia, quienes cumplían condenas por crímenes no violentos relacionados al narcotráfico.
Para quienes apoyan la reforma al sistema de justicia criminal lo vieron como un progreso, expresaron su preocupación por la lentitud con la que esta administración ha mostrado clemencia.
BUSCAN PROMOVER SU REINSERCIÓN
Como parte de los esfuerzos realizados para combatir la inequidad del sistema de justicia estadounidense, la Casa Blanca también anunció la expansión en la contratación de exconvictos. Destinarán $145 millones de dólares al desarrollo de planes de reinserción para personas encarceladas, lo que les brindará la oportunidad de acceder a un empleo, vivienda y préstamos monetarios, una vez que sean liberados de prisión.
“Una de las maneras más efectivas para reducir la reincidencia y el crímen, es ayudar a aquellos que han cumplido su condena a regresar con sus familias y que se conviertan en miembros contribuyentes en sus comunidades”, puntualizó Biden en un comunicado.
Tras ser liberados, los exconvictos tendrán acceso a servicios que les permitan armar un currículum y entrevistarse para potenciales empleos.