La Frontera México-Estados Unidos: A Río Revuelto

La franja fronteriza del Norte de México y, por supuesto, de los estados del sur de los Estados Unidos ofrece un panorama de mezcla de oportunidades, problemas migratorios, complicaciones de salud pública, violencia, tráfico de drogas y epicentro de intrigas partidarias de políticos.

La franja fronteriza del  Norte de México y, por supuesto, de los estados del sur de los Estados Unidos (EU) ofrece un complejo panorama de mezcla de oportunidades, problemas migratorios, complicaciones de salud pública, violencia, tráfico de drogas y epicentro de intrigas partidarias de políticos que utilizan esta problemática para aumentar  su poder, perpetuar su puesto público y acrecentar los negocios que les representa el amplificar estas situaciones, y claro,  hoy, hacer fracasar a Joe Biden como presidente.

Como legado de la administración Trump, que aprovechó cada resquicio de la ley para burlarse del sistema legal, administrativo y de justicia estadounidense y violó toda etiqueta política, apoyando esquemas racistas y supremacistas de su país, con eso, legisladores, senadores y oficiales Republicanos han aprendido que no es necesario actuar con moral, honestidad o con respetabilidad, y entonces  la regla ha sido: “lo que no está prohibido, está permitido”; y así descaradamente tratan de rediseñar esquemas y leyes electorales para lograr permanencia en el poder, ya que EU no tiene límites de relección para el poder legislativo ni el judicial.

En muchos estados, entre ellos Texas, la reelección es permitida indefinidamente y los gobernadores permanecen porque detentan esquemas para manipular el poder, o sea cada elección se someten a un equivalente de “revocación de mandato” con formato electoral como fue el caso del Republicano, Rick Perry, gobernador por más de 15 años hasta que fue nombrado secretario de Energía por Trump.

El actual gobernador Greg Abbott lleva ya dos mandatos y su campaña de permanencia la basa en la discriminación contra migrantes, las leyes permisivas  no solo para comprar y vender armas de todo calibre libremente, sino hasta para portarlas sin permiso ni control alguno, en la militarización de la zona como circo “para defender sus fronteras” y  tiene ya miles de seguidores que le han aportado fondos para continuar la construcción del Muro ideado por Trump.

Además Abbott se ha opuesto -y lo ha logrado parcialmente -, a que extranjeros no documentados o familias de bajos recursos tengan la posibilidad de acceder a programas de salud y seguridad alimentaria aduciendo “mal uso de los impuestos”.

Hoy Abbott castiga y multa a los gobiernos municipales que obliguen al uso de cubrebocas, siguiendo los esquemas Republicanos y está dispuesto a hacer lo que sea para perpetuarse en la silla.

Los Republicanos se han infiltrado al partido Demócrata desde hace varios años y han apoyado políticos y políticas divisionistas con la bandera de ser “Progresistas” y entonces grupos anti-inmigrantes republicanos envían fondos a estos infiltrados para reclutar opositores del mismo partido Demócrata y hacer ganar a candidatos débiles que con facilidad destituirán después de dos años.

Esta ala de los Demócratas alentada por los capitales Republicanos divisionistas se hacen llamar Progresistas y están atacando principalmente a legisladores de la frontera que apoyen esquemas bipartidistas o que sean fuertes candidatos demócratas.

Contrario a los Republicanos pelean denegando una reforma migratoria, los agricultores del norte de EU y muchas empresas están urgiendo a sus legisladores a que se permitan más visas y leyes que equilibren la falta de trabajadores del campo y otros oficios manuales en la industria de la hospitalidad y la construcción.

Esta semana, Shay Myers, un agricultor de Oregón cuya familia es propietaria de un campo de espárragos, perdía el sueño exasperado por no poder contratar a suficientes personas para recoger la cosecha de espárragos, por un valor de unos 180 mil dólares. Finalmente decidió regalar su cultivo a los vecinos que quisieran cosechar para ellos a fin de hacerles “comprender las ramificaciones de lo que está sucediendo en la frontera y la falta de mano de obra que tenemos en este país”.

México, por su lado se ha convertido en la alacena de productos frescos para este país; sin embargo su gobierno no solo no apoya a los trabajadores del campo sino que ha cortado los programas de soporte que existían so pretexto de corrupción, y mucho menos ha apoyado a  empresarios que desean exportar y lograr con ello competitividad y mejor vida mediante mejores producciones.

Pero exportar significa mayores ingresos, menos hambre y muchas mejoras, pero los políticos de EU se niegan a regularizar la migración legal de trabajadores y México cierra los ojos ante una realidad de comercio mundial y las necesidades del campo.

Sin embargo, quizás sea mejor esperar a que los ingresos lleguen en forma de remesas y crear economías subterráneas de fomento a la inmigración ilegal y cerrar los ojos ante el tráfico internacional de drogas.

¿Usted qué piensa?

Foto: Notimex US

Javier Amieva

Por Javier Amieva
Licenciado en Derecho, Especialista en Logística de
Comercio Exterior y Asuntos Migratorios en USA.

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