El Wilson Center, una organización de investigación y análisis internacional establecida en Washington, D. C. y que opera con fondos no-partidistas, plantea problemáticas nacionales -y posibles soluciones-, en el caso de las fronteras terrestres con México, “A pesar de los cambios en la situación de salud pública en Canadá y México, Estados Unidos –EU- no ha adaptado las restricciones fronterizas terrestres que implementó por primera vez en marzo de 2020″.
“¿Cuál es el plan?”, se plantean Cecili Fasanella y Xavier Delgado, en un artículo que analiza como el seguir midiendo con el mismo rasero las fronteras de Canadá y México, “… El compromiso del país de mantener un conjunto único de restricciones para sus fronteras compartidas con Canadá y México ha inhibido el progreso hacia la reapertura de cualquiera de los dos y la falta de transparencia de los funcionarios federales estadounidenses plantea la pregunta de si tienen un plan para hacerlo”
El prolongado cierre resulta ahora peligroso para la economía fronteriza, y aunque el comercio internacional de exportación e importación se ha mantenido firme, y hasta se ha recuperado de las pérdidas del 2020, tanto el turismo como el comercio local B2P, o “Retail”, ha afectado no solo la economía sino la estética de muchas ciudades fronterizas y es posible que ya nunca puedan recuperarse del todo.
“Sin un final a la vista, el costo económico y social acumulativo de las restricciones fronterizas en América del Norte es incalculable y puede ser permanente. Las restricciones fronterizas están sujetas a revisión por parte del Departamento de Seguridad Nacional de los EU (DHS) mes a mes, pero estas revisiones aún no han producido cambios en la política fronteriza. En lugar de adaptar el régimen de políticas existente para reflejar las distintas situaciones económicas, sociales y de salud pública en Canadá y México, el gobierno de los EU ha optado por mantener un conjunto rígido de restricciones que prohíbe que cualquiera de las fronteras se vuelva a abrir independientemente de la otra”.
Las comunidades fronterizas en estados como Texas también han sufrido grandes pérdidas. El Instituto Baker estimó que, en 2020, los condados fronterizos de Texas perdieron alrededor de $ 4.9 mil millones en PIB total. Este tipo de estimaciones, por supuesto, no captan la devastación experimentada por los empleados en el sector informal, quienes a menudo no pueden buscar ayuda federal para mitigar cualquier pérdida de ingresos.
La ciudad de Laredo, Texas en septiembre del 2020 declaró que estimaban perder una cantidad importante para el municipio, pero manejable por medio de otros esquemas de apoyo federal o quizá estatal, llevaban acumulado en ese momento 15 millones de dólares en el área de gasto corriente.
Con un enfoque de recuperación y posible rápida reapertura, las ciudades fronterizas primero, y luego se sumaron otras areas metropolitanas, promovieron que los mexicanos acudieran a vacunarse, enviaron millones de dosis a la frontera y se están llevando a cabo vacunaciones masivas en la frontera apoyándose las fronteras de las ciudades fronterizas cono Laredo-Nuevo Laredo. En Nuevo Laredo, la alcaldesa Carmen Lilia Cantú-Rosas, antes de tomar posesión ya había vacunado mas de 8 mil niños en combinación con autoridades de Laredo Texas.
Bajo este orden de ideas, y con el apoyo de lotes de vacunas donadas para este efecto por EU, el gobierno de México ha priorizado la vacunación de personas entre 18 y 39 años en los 38 municipios que limitan con EU. A principios de agosto, el 85% de los mexicanos que vivían cerca de la frontera habían sido vacunados y algunas comunidades mexicanas a lo largo de la frontera, ostentan tasas de vacunación más altas que sus contrapartes estadounidenses o al menos el 50% como sucede en Nuevo Laredo (49.7%) y que al abrirse la frontera se podrían vacunar en Laredo Texas, complementando un mejor cuadro de salud pública en esta etapa de la pandemia, así que no hay razón para mantener las ciudades fronterizas cerradas o para imponer medidas absolutas de vacunación poblacional.
Por lo anterior mencionare, que el dictar medidas sanitarias a rajatabla sin tomar en cuenta las condiciones de la frontera, y desde Washington, puede afectar a la región, ya que exigiría que cualquier visitante -por tierra o por aire-, que visite este país este “completamente vacunado, por biológicos aceptados por la FDA”; esto acabaría en parte con el plan de vacunación internacional y acota el turismo y el comercio internacional. Esperamos que nuevas vacunas y medicamentos que se anuncian, apoyen a las autoridades a lograr las decisiones correctas.
Foto: Marca Claro
Créditos: elfinanciero.com.mx