México, el lugar donde las texanas buscan alternativas para acceder a abortos

Desde que en Texas entró una prohibición contra el aborto, una clínica en McAllen ha visto una caída de 35% en pacientes que buscan esta práctica.

Luego de que en 2021 entró en vigor en Texas una ley que prohíbe la práctica de abortos después de las seis semanas de gestación, las clínicas autorizadas a realizar este procedimiento de manera segura en el estado han registrado una baja en el número de pacientes. Sin embargo, eso no quiere decir que las mujeres texanas ya no se practiquen abortos cuando lo consideran necesario.

Veronica Hernandez, gerente de Whole Woman´s Health de McAllen, dijo que normalmente le preocupan las mujeres que entran por la puerta del centro médico, pero ahora su preocupación se enfoca en aquellas que no ve, pues sabe que ellas buscan alternativas para no tener un bebé no deseado.

La clínica de McAllen ha visto una caída de 35 por ciento en pacientes, y como el último centro de aborto que queda en la frontera entre Texas y México, la ley lo coloca en una situación diferente a la de otros.

“No sé a dónde van a ir o qué harán esas mujeres”, apuntó Hernández.

A la gerente de Whole Woman´s Health le preocupa que las pacientes que solían acudir a su clínica ahora viajen a México, para realizarse el procedimiento o bien realicen un aborto con medicamentos, que generalmente implica tomar una combinación de mifepristona y misoprostol.

“Lo que hemos escuchado decir a los pacientes es que simplemente van a la farmacia en México, que es literalmente sin cita previa, y el farmacéutico simplemente les da el medicamento”, señaló Hernandez.

El misoprostol, inicialmente aprobado como medicamento para tratar úlceras, está disponible en territorio mexicano y se puede adquirir sin receta médica. Por lo tanto, cualquier persona puede acceder al fármaco que ahora es comúnmente usado por las mujeres para abortar.

Sin embargo, la mifepristona no está a la venta sin receta médica, y un aborto con medicamentos se completa 92 por ciento de las veces cuando se combinan misoprostol y mifepristona. Esa tasa cae a alrededor de 60 por ciento solo con el primero de ellos. De ahí nace la preocupación que ahora expresa Hernandez por el bienestar de las pacientes.

De acuerdo con Hernandez, algunas personas regresan a la clínica de McAllen sin saber si recibieron los medicamentos correctos y si funcionan; otras ingresan porque experimentan sangrado excesivo y calambres.

Estimaciones hechas por Hernandez sugieren que seis de los 25 pacientes que acuden a la clínica semanalmente descubren que están embarazadas después de la sexta semana de embarazo, lo que las empuja a enfrentarse a un viaje de hasta más de mil kilómetros para llegar con el proveedor más cercano fuera del estado, en Nuevo México, o un viaje rápido de un día a México.

La ley, que hasta ahora la Corte Suprema de Estados Unidos se ha negado a bloquear, no hace ninguna excepción para las víctimas de violación o incesto y no pide a los funcionarios públicos que la hagan cumplir. En cambio, permite que grupos de ciudadanos comunes demanden a cualquier persona que haya realizado un aborto o ayudado a alguien que busca un aborto en Texas. Si los ciudadanos privados ganan el caso, tendrán derecho a una indemnización de al menos 10 mil dólares.

Por Hispanic Global News

Foto: Samuel Corum/Bloomberg

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