Javier Amieva
El azote de una pandemia económica que dejará a decenas de millones de mexicanos sin recursos económicos, muchos perderán sus viviendas, cerca de 20 millones están o se quedarán sin trabajo y otros millones de individuos caerán en la insolvencia. Ese es el panorama que se percibe y que afectará a México en los próximos meses.
“América Latina está en el centro de la pandemia de coronavirus, sufriendo algunas de las peores tasas de infección y el mayor número de muertes en el mundo.”; México ocupa el tercer lugar en mortandad con tasas que se elevan en 300 por ciento más que en Europa o en Estados Unidos (EU) por la falta de atención médica oportuna y adecuada.
Lamentablemente, “Ahora los economistas advierten que la región enfrenta más malas noticias: sus enfermizas economías corren el riesgo de caer en una nueva crisis de deuda aún peor que la última gran quiebra de la década de 1980. El continente ya estaba luchando con múltiples “condiciones preexistentes” antes de que el virus atacara: crecimiento anémico, sistemas de salud débiles, bajos ingresos fiscales, altos niveles de endeudamiento y una excesiva dependencia de las exportaciones de sus productos básicos”, una fórmula terrible, apunta en Europa el Financial Times.
La noticia de que México ocupó el tercer lugar en número de decesos en el mundo se escucha aún cuando las palabras de su presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ese mismo día por la mañana, repetían que el uso de cubre-bocas no es necesario “ni científicamente comprobado”.
“Ahora, algunos de los cierres económicos –bloqueos-, más largos en la historia del mundo, junto con los costosos programas de rescate que lo acompañan, han causado estragos en las finanzas públicas.”; puntualiza el diario londinense, sin embargo tanto en Europa como en EU los cuerpos legislativos y administrativos han sabido proteger a la economía de los pequeños y medianos negocios porque saben que representa el 80 por ciento del motor económico y otorga empleos a siete de cada diez familias. En México no sucedió esto, así que el levantarse el bloqueo no solo sobrevendrá una segunda oleada viral sino que ya al menos 20 millones de mexicanos no podrán resistir posiblemente ni el resto del año.
Ahora bien, la más importante fuente de divisas que han protegido en parte a México, son las remesas que desde este país, envían mis connacionales a sus familias; en mayo las remesas crecieron en un 36 por ciento. “Estamos enviando todo lo que podemos porque aquí ha disminuido el trabajo, estamos echando mano de ahorros y de hasta de sacar dinero de las tarjetas”, comentó Martin Segovia, un empleado de la construcción en Laredo Texas, “sin embargo, hay casos peores, hay trabajadores indocumentados que enviaban su “quincena” a México y no están ganando, están viviendo “de a muchos” en apartamentos y si uno se enferma se enfermarán todos”, comenta Martin; como consecuencia, las remesas podrían bajar a niveles dramáticos en tanto la economía en EU se estabiliza, proceso que podría extenderse por meses o años.
Viri Ríos, columnista de opinión del New York Times dice que “En medio de la desolación por la pandemia que enfrentan los más pobres en México —se estima que habrá un incremento del 51 por ciento en la pobreza extrema— las remesas se han convertido en un salvavidas para millones de familias e indirectamente, también en un bálsamo para la popularidad del presidente de México”. En México hay 52 millones de pobres, lo que acrecentaría esta condición hasta alcanzar a 70 millones, más de la mitad de los habitantes del país y a los que AMLO asegura que “no se preocupen, ustedes están cubiertos” .
Pero ese vacío del gobierno de México podría tener una inesperada red de seguridad, comenta Ríos, “las remesas que mandan trabajadores mexicanos o méxico-americanos a sus familias en el país. A contracorriente de lo esperado por múltiples expertos (dado que la comunidad latina ha sido desproporcionalmente afectada por el virus), las remesas no solo no han disminuido en México, sino que han aumentado respecto al año anterior en casi el 36 por ciento hasta alcanzar, en marzo, un máximo histórico desde 1995”, sin embargo una economía golpeada, unas elecciones que prometen violencia y cifras que podrían llegar a medio millón de muertes por la pandemia en este país, podrían cortar de cuajo las proyecciones de buena voluntad que bien fundamenta Ríos.
“Las remesas no solo compensarían la falta de ayudas de parte del gobierno y la disminución del ingreso de muchos mexicanos, también podrían impulsar la aprobación del sexenio de AMLO. Estudios de la economía mexicana han demostrado que la popularidad de los presidentes suele crecer cuando las remesas aumentan”. Sin embargo, en Texas, Florida y otros estados las cosechas se han perdido por falta de mano de obra y el temor a contraer el virus. En Laredo las actividades en bodegas, típicamente servidas por empleados mexicanos, están operando a menos del 50 por ciento y las recaudaciones por peaje comercial han caído un 40 por ciento, la buena voluntad es mucha, pero los indicadores económicos parecen señalarnos lo contrario.
El autor es analista político en Texas, y experto en temas de la frontera México-Estados Unidos.
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