Austin — El gobernador Greg Abbott se levantó la manga de su camiseta blanca el martes y le aplicaron la vacuna contra el coronavirus.
Después, extendiendo sus brazos, miró a la cámara de televisión que transmitía el evento en vivo y exlclamó: “Es así de fácil”.
Abbott recibió la vacuna públicamente el martes en un intento de dar tranquilidad a los texanos de que la vacuna es inocua mientras el estado empieza a distribuir las dosis entre hospitales y farmacias.
Encuestas recientes indican que algunos texanos dudan en inocularse.
Solo el 63% de los texanos serían vacunados, según un sondeo realizado en diciembre por Episcopal Health Foundation.
“Queremos animar a la gente a que se vacune”, dijo Abbott, quien recibió su vacuna en el Ascension Seton Medical Center de Austin
“Yo nunca pediría a los texanos hacer algo que yo no estuviera dispuesto a hacer”, añadió.
Ya que los primeros embarques son limitados, Texas está reservando sus primeras dosis para los aproximadamente 1.9 millones de trabajadores de salud de primera línea e internos de hogares para adultos mayores.
El segundo grupo en prioridad, anunciado ayer, es el de adultos mayores y personas mayores de 16 años que tengan enfermedades crónicas, ya que están en mayor riesgo de sufrir complicaciones por covid-19.
El plan de Texas difiere de las recomendaciones federales de vacunar en segundo término a las personas mayores de 75 años y a trabajadores esenciales como bomberos, profesores y empleados de supermercados.
Aunque no están incluidos todos los trabajadores esenciales, los que padecen afecciones como diabetes, obesidad, cáncer y males cardiacos podrán vacunarse.
El estado prevé que alrededor de 1 millón de personas serán vacunadas para el final del año.
Créditos: dallasnews.com