La última vez que hablamos con Chris Polone, dueño del local musical The Rail Club Live en Fort Worth, se estaba preparando para un concierto denominado Tea Party Protest para el 4 de julio en desafío a la orden del gobernador Greg Abbott de cerrar los bares como medida para contener la propagación del coronavirus.
A causa del evento le suspendieron su licencia para venta de licor y la orden de cierre todavía está vigente.
Pero Polone ahora está organizando Freedom Fest en alianza con otros bares y antros de todo el estado que abrirán sus puertas ilegalmente para realizar conciertos el sábado 25 de julio.
Cuando oficiales de la Comisión de Bebidas Alcohólicas de Texas le dieron la opción de cancelar el evento o perder su licencia para venta de licor el 4 de julio, Polone —transmitiendo en vivo por Facebook Live— se subió al escenario, lanzó una diatriba y rompió el papel.
Luego salió afuera, encendió un cigarro y dijo que sus abogados estaban listos para demandar al estado de Texas.
“Estábamos atados a una licencia de venta de licor”, dijo Polone.
“Pero no teníamos alcohol, y no hubo intercambio de dinero. Ellos violaron mi derecho de la Primera Enmienda porque era una protesta, no un concierto, en un edificio de mi propiedad”.
También ha hecho varios intentos infructuosos de hablar con la alcaldesa de Fort Worth Betsy Price. Incluso trató de interceptarla mientras comía en un restaurante.
“Come como coyote, tal parece”, dijo Polone.
Alguien le avisó dónde estaba, pero Price ya no estaba cuando él llegó.
“Yo tardé 20 minutos en llegar, y ella ya se había ido”.
Chris Porter, director de información pública de TABC, dijo: “Una segunda infracción a las instrucciones para covid-19 resultaría en una suspensión de 60 días del permiso del negocio para vender alcohol. Ulteriores violaciones darían lugar a penas más estrictas, incluso la cancelación definitiva del permiso”.
Polone dice que Freedom Fest, como el concierto Tea Party, es más protesta que concierto; pero ya que cobran $10 la entrada y las ganancias son entregadas a la causa benéfica de su preferencia, más bien parece un concierto de beneficencia.
Y, por supuesto, los negocios participantes se quedan con el dinero de las ventas de la barra.
Ya que tiene una audiencia sobre su licencia suspendida programada para el 27 de julio, Polone todavía no sabe si venderá licor en Freedom Fest.
“En cierta forma es una pelea irrelevante”, dijo.
“Aun si me restituyeran mi licencia de licores, mi negocio sigue estando legalmente cerrado. La licencia de licores se ha convertido más en un estorbo y una carga que otra cosa. Tenemos una escuela de guitarra y rentamos el local a iglesias y organizaciones de beneficencia, pero ahora no podemos hacer nada de eso porque estamos atados a una licencia de licores”.
Ante la participación de bares como Eightball Billiard and Bar en Fort Worth, Cooter Brown’s en Burleson, y G Willickers Pub Fans en Arlington, Polone dice que está ocupado revisando las solicitudes, lo que implica protocolos sanitarios obligatorios y tener reuniones virtuales con los dueños de esos negocios.
“La salud pública es extremadamente importante para nosotros”, dijo Polone. “Lo último que queremos es permitir que un bar participe y ondear nuestra bandera si tienen un salón con capacidad para 100 personas y meten 900 en él”.
Previendo tener próximamente una lista con todos participantes, Polone espera que unos 300 establecimientos de todo el estado eventualmente participen en Freedom Fest, que no será un evento de una sola vez.
Polone está aprovechando sus contactos como agente, una página en Facebook con 16,000 miembros, Texas Bars Fight Back, y está filtrando un continuo caudal de dueños de bares que lo contactan.
“La gente pensaba que era un tipo loco que solo quería hacer conciertos durante la pandemia”, dijo Polone.
“Pero yo solo quería hacer ver el doble estándar, y la gente está empezando a entender eso. Lo que estoy haciendo está mal, pero si cruza la calle y ordena una cerveza con una hamburguesa, es legal. Si covid verdaderamente es tan malo, que cierren todo!”.
“Que no se pongan a escoger. Yo creo que (Abbott) entendió que los bares son el eslabón débil del sector de servicios. Nosotros no tenemos la voz y los equipos jurídicos que tienen otros, pero nosotros pagamos más en impuestos”.
Pero Polone apunta que ahora tienen fuerza en la cantidad.
“Vamos a causar un alboroto y a llamar la atención sobre este problema”.
Foto: Tom Fox / Staff Photographer
Créditos: dallasnews.com