Más allá de los impuestos federales, las empresas no pagan tributos societarios y sus trabajadores no pagan impuestos sobre el ingreso en este estado.
La inauguración de una fábrica de Tesla en Austin pone de relieve el atractivo de Texas para las grandes empresas estadounidenses, que abandonan estados como California, donde los impuestos y el costo de vida se volvieron prohibitivos.
En este estado del sur de Estados Unidos, Elon Musk, director general de Tesla y flamante accionista mayoritario de Twitter, inaugura este jueves su “Gigafactory” en un lanzamiento para unas 15,000 personas.
Tesla, que se mudó a Texas en el 2021 desde Palo Alto, en la región californiana de Silicon Valley, es una de muchas empresas que cotizan en bolsa que pusieron proa a Texas.
La razón principal es la “libertad económica” que pregona el gobernador republicano Greg Abbott, que hace todo lo posible para atraer la instalación de nuevas inversiones en su estado.
El principal argumento es una tasa de imposición muy ventajosa. Más allá de los impuestos federales, las empresas no pagan tributos societarios y sus trabajadores no pagan impuestos sobre el ingreso.
Además Texas ofrece importantes subsidios a las empresas que se instalan en su territorio y crean muchos empleos.
La “nueva California”
Texas es la contracara de California. Su gobernador es un conservador militante, cuyas leyes sociales suelen ser noticia.
Así se dotó recientemente de controversiales leyes restrictivas sobre el aborto o las personas transgénero. Pero hasta ahora esto no ha hecho mella en la voluntad de las empresas de instalarse allí.
Texas, un estado petrolero, diversifica así su actividad. Austin es un importante polo tecnológico; Houston es una plataforma de investigación biomédica y aeroespacial.
“Texas es la nueva California, y California la nueva +Rust Belt+ (una región en declive), que pierde empresas y habitantes a manos de estados que ofrecen más oportunidades, además de una vida mejor y más barata”, señalaron en un artículo publicado en agosto del 2021 Lee Ohanian y Joseph Vranich, expertos de la Hoover Institution, un centro de reflexión de la Standford de California.
En su análisis, notaron que Texas obtiene siete veces más proyectos de inversión midiendo por capital invertido, que California.
En Texas hay una buena red de infraestructura y la legislación facilita la vida de las empresas, con pocas reglamentaciones y normas ambientales flexibles.
Resultado: la universidad Concordia de Austin destacó el año pasado que 25 empresas de las 500 grandes de Fortune, tienen su sede social en Texas, entre ellas Oracle y Hewlett Packard Enterprise, en el 2020.
Una fuente industrial indicó que Boeing evalúa mudar sus usinas de Seattle (estado de Washington) al “Lone Star State”, como se conoce a Texas por su bandera con una sola estrella.
Capital humano
Además de un clima de negocios favorable, el factor clave es el capital humano. El estado cuenta con universidades prestigiosas.
Las empresas que se instalan o relocalizan en Texas, cuentan con una mano de obra altamente calificada y diversificada.
Y los jóvenes que salen de las universidades son propensos a quedarse en Texas, donde el costo de la vivienda es muy inferior al de la costa oeste o la costa este de Estados Unidos.
En el último trimestre del 2021, el precio medio de una casa en Austin era de US$ 233,593 y US$ 274,136 en Dallas, frente a US$ 1.2 millones en San Francisco (California) o US$ 647,605 en Westchester (Nueva York), según los datos de la NAR, la principal federación de agentes inmobiliarios.
“Educación, agricultura, espacio, tecnología… Texas ofrece todo lo que las familias y las empresas y los individuos necesitan para tener éxito”, argumentaba el mes pasado el gobernador Greg Abbott en un debate en torno a la pregunta “¿Por qué Texas?”.
Foto: viveusa.mx
Por Agencia AFP
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