En la carrera global hacia la Transición Energética renovable 2030-2050, los jugadores clave de este cambio trascendental para la humanidad ya dejaron claras sus apuestas.
A nivel mundial, 42 ministros de energía, que representan el 80 por ciento del consumo de energía y de emisiones de carbono globales, se comprometieron este mes a seguir el Plan de Recuperación Sostenible 2021-2023 —convocado y elaborado por la Agencia Internacional de Energía y el Fondo Monetario Internacional— el cual pone en el centro de la reactivación económica mundial y el cumplimiento de las metas del Acuerdo de París, la adopción acelerada de las Energías Renovables a través de inversiones públicas y privadas por 1 billón de dólares anuales.
En Europa, el continente más comprometido con el Acuerdo de París y pionero en la adopción de las Energías Renovables ya comienza a dar resultados prometedores.
Durante el primer trimestre de 2020, los 27 miembros de la Unión Europea generaron más energía a través de las Energías Renovables (40 por ciento) que por combustibles fósiles (34 por ciento) por primera vez en la historia. Alemania, incluso, generó el 56 por ciento del total de su energía con renovables.
En Norteamérica, la generación eléctrica renovable (25 por ciento) en Estados Unidos superó por primera vez en la historia a la energía nuclear (21 por ciento) y por carbón (21 por ciento). Al igual que en Europa, las energías eólica y fotovoltaica fueron las de mayor crecimiento, 11 por ciento y 23 por ciento respectivamente, de acuerdo con la Agencia de Información de Energía de Estados Unidos.
Lamentablemente, el único país del G20 y de la OCDE que ha decido apostar en contra de la transición energética renovable es México. Paradójicamente, el país con más ventajas y fortalezas para convertirse, en poco tiempo, en la principal potencia energética renovable del mundo por sus inmejorables condiciones geográficas, decidió apostar por el combustóleo y el carbón, contrario a las recomendaciones mundiales.
Después de haber presenciado durante dos años y medio una serie de intentos para debilitar y detener a las Energías Renovables, el gobierno federal ha decidido redoblar su apuesta en contra de las renovables al impugnar la decisión de la SCJN que suspendió la política energética que limitaba la generación privada de renovables, al tiempo que ya prepara una contrarreforma energética.
Como lo revelaría la primera encuesta de Solar Power México, realizada a 30 empresas internacionales del sector hace unas semanas, el 80 por ciento consideró que los recientes cambios en la política energética han afectado su perspectiva de negocios en el país; que dichas políticas están diseñadas para limitar a las renovables y favorecer el combustóleo; y que todo esto pondrá en riego el ambiente de inversiones y las metas de México en el Acuerdo de París.
Más revelador fue el hecho que el 53 por ciento de las empresas encuestadas aseguraron no haber recuperado la confianza para invertir en proyectos energéticos en México a pesar de los fallos de la SCJN en contra de la política de confiabilidad de la SENER.
A nivel diplomático, nuestros mayores socios comerciales —y fuerzas más importantes detrás de la Transición Energética renovable global y el cumplimiento de los Acuerdos de París— ya han hecho patentes sus preocupaciones a través de diferentes misivas entregadas a la SENER, a la Secretaría de Economía y a la Oficina de la Presidencia, sin tener aún una respuesta formal por parte del gobierno mexicano.
Sumado a esto, justo el día que entró en vigor el TMEC, el 1 de julio de 2020, empresas como Canadian Solar Inc, Atco Ltd, Northland Power Inc y JCM Power, así como asociaciones como el American Petroleum Institute y la American Fuel and Petrochemical Manufacturers enviaron cartas a sus respectivos gobiernos denunciado que el Estado mexicano estaba violando los compromisos del TMEC en los capítulos 22, 28 y 31 sobre buenas prácticas regulatorias, trato no discriminatorio y protección a las inversiones por los cambios unilaterales a la política energética nacional.
Expertos, académicos, embajadores y ex embajadores de Canadá, México y la Unión Europea coinciden en lo mismo: en caso de que no exista voluntad política y soluciones por la vía diplomática encaminadas a la flexibilización de la política energética del Gobierno de México, el respeto al marco jurídico vigente y al ambiente favorable hacia las inversiones, nuestros principales tratados comerciales solo se convertirán en herramientas para que las empresas emprendan costosos litigios de arbitraje internacional donde México lleva todas las de perder.
Solo basta revisar las recientes actualizaciones del TMEC y el Acuerdo UE-México que ya están en vigor. En ambos casos, se incluyen capítulos dedicados exclusivamente a nuevas reglas y estándares más altos en el trabajo, medioambiente, protección de inversiones, transparencia, corrupción y mecanismos para la resolución de controversias, que, en su conjunto, representan los seguros de vida hacia las inversiones energéticas en el país y futuros intentos de estatización.
En el tema medioambiental, el Acuerdo UE-México hace vinculantes los compromisos de México de respetar y cumplir el Acuerdo de París en la lucha contra el Cambio Climático y la transición a una economía hipocarbónica sostenible. Y aunque en el caso del TMEC no se hace referencia al Acuerdo de París, si se hace mención del Protocolo de Montreal, un acuerdo destinado a disminuir el consumo y la producción de sustancias que agotan la capa de ozono, como lo es el combustóleo.
Quizás, más importante aún, sean los vientos de cambio político en Estados Unidos que están a cuatro meses de distancia, donde el puntero en las preferencias electorales (con nueve puntos de ventaja), Joe Biden, ha prometido un ambicioso “Green New Deal”, un plan de dos billones de dólares encaminado a que la red eléctrica dependa únicamente de electricidad limpia para 2035, siendo la energía fotovoltaica la principal fuente energética que impulsará este cambio.
Con este panorama, el horizonte de las Energías Renovables brilla más que nunca y para ayudar en esta gran tarea, Solar Power México, la feria líder de la industria fotovoltaica en México y Latinoamérica, a celebrarse del 18 al 20 de noviembre de 2020, en el Centro Citibanamex de la CDMX, será una plataforma de acceso a los últimos avances tecnológicos y conocimientos de la industria con el objetivo de impulsar un desarrollo sostenible para México.
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Créditos: cuatro-cero.mx