Chevron anunció que aumentará significativamente su producción en la Cuenca Pérmica de Texas, con la meta de alcanzar un millón de barriles diarios en el segundo trimestre de 2025. Esta decisión reafirma la importancia de Texas como eje energético nacional e internacional.
Sin embargo, la expansión viene acompañada de una dura medida: entre 6,000 y 8,000 empleados serán despedidos a nivel global. En California, al menos 600 trabajadores serán afectados, mientras Chevron traslada su sede corporativa a Texas.
La compañía argumenta que los recortes son parte de una estrategia de reducción de costos y reorganización para aumentar la eficiencia. Aunque la noticia ha generado inquietud, Chevron insiste en que su inversión en Texas es una señal positiva del futuro energético del estado.
Expertos destacan que, a pesar de los despidos, la consolidación de operaciones en Texas puede traer beneficios económicos importantes para la región.
