El Congreso estatal de Texas está dando pasos firmes hacia una economía híbrida entre la tradición industrial y la innovación financiera. Por un lado, se debate una iniciativa para que ERCOT, operador de la red eléctrica, tenga la facultad de suspender el suministro a grandes empresas durante emergencias energéticas.
Esta medida busca evitar apagones masivos como los ocurridos en inviernos pasados. Al priorizar a hospitales, hogares y servicios críticos, se espera una mayor estabilidad del sistema. No obstante, empresarios señalan que podría afectar la competitividad industrial si no se aplica con criterios técnicos claros.
Por otro lado, el Congreso texano también aprobó una propuesta para permitir que el estado mantenga reservas en Bitcoin como parte de su estrategia presupuestaria. El plan ya fue avalado por el Senado y ahora solo falta la firma del gobernador Greg Abbott.
Esta decisión posiciona a Texas como un actor pionero en la adopción institucional de criptomonedas en Estados Unidos. Aunque genera entusiasmo en el ecosistema fintech, también despierta preocupaciones sobre volatilidad y riesgos financieros.
Ambas medidas reflejan la búsqueda del equilibrio entre una economía moderna y la necesidad de orden y previsibilidad en la gestión pública. Texas sigue consolidándose como un laboratorio de políticas económicas disruptivas a nivel nacional.