El consumo privado en México cayó un 0.6% durante el primer trimestre de 2025 en comparación con el mismo periodo del año anterior. Se trata de la primera contracción registrada desde 2021, lo que ha encendido alertas sobre el ritmo de la economía nacional y el ánimo de los consumidores.
Especialistas señalan que la desaceleración puede estar ligada al aumento en los precios de productos básicos, así como a una percepción de incertidumbre económica derivada de factores internos y externos. El impacto se refleja directamente en los bolsillos de las familias, que están optando por reducir gastos no esenciales.
Además, analistas advierten que este comportamiento del consumo puede frenar el crecimiento del PIB, ya que el gasto de los hogares representa uno de los motores principales de la economía mexicana. Las tasas de interés elevadas también están influyendo en las decisiones financieras de los hogares.
El gobierno ha manifestado que está monitoreando la situación y trabajando en medidas para fomentar la inversión y el empleo. Sin embargo, la confianza del consumidor y la recuperación del poder adquisitivo serán clave para revertir esta tendencia en los próximos meses.