Un nuevo informe de la Fundación Annie E. Casey reveló que el estado de Washington ha caído varios peldaños en su clasificación nacional sobre bienestar infantil. El retroceso afecta especialmente a los indicadores económicos y educativos, dos áreas que reflejan de manera directa el estado financiero de las familias en el noroeste del país.
En la dimensión económica, Washington ahora ocupa el lugar 30 a nivel nacional, lo cual preocupa a expertos debido al encarecimiento de la vivienda, el costo de vida y el rezago salarial en diversas zonas del estado. Muchos hogares enfrentan dificultades para cubrir necesidades básicas, lo que repercute en el desarrollo de los menores.
En educación, el estado pasó del lugar 19 al 27, lo cual se asocia a la pérdida de aprendizaje durante la pandemia y a la falta de acceso equitativo a recursos escolares. Organizaciones locales piden mayor inversión en programas preescolares y apoyo a estudiantes en situación vulnerable.
Children’s Alliance, una de las organizaciones que analizaron el informe, hizo un llamado urgente a los legisladores estatales para priorizar el gasto social y educativo en el próximo presupuesto. Argumentan que, sin una mejora en las condiciones financieras de las familias, difícilmente se logrará revertir esta tendencia negativa en el bienestar infantil.