El gobierno de Estados Unidos, encabezado por Donald Trump, anunció una exención temporal del arancel del 25% a las autopartes importadas desde México y Canadá, medida que busca reducir tensiones en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). La disposición entró en vigor el pasado 3 de mayo y fue celebrada por la administración mexicana como una victoria diplomática.
Sin embargo, el anuncio ha generado incertidumbre en la industria automotriz, ya que no se especificó cuánto tiempo durará esta suspensión ni qué condiciones podrían provocar su revocación. Fabricantes y proveedores de autopartes temen que el alivio arancelario sea efímero y afecte la planeación de inversiones y producción.
El tema será central en la próxima reunión entre Trump y el primer ministro canadiense, Mark Carney, donde también abordarán temas de seguridad económica y cooperación comercial. Ambos países buscan estabilizar las relaciones trilaterales, mientras el T-MEC se mantiene como un pilar clave, pero con tensiones crecientes por políticas proteccionistas.
México, por su parte, ha pedido que la exención se convierta en una decisión permanente, destacando que las autopartes mexicanas son esenciales para la cadena de suministro de vehículos en América del Norte. Aun así, expertos advierten que esta medida podría ser utilizada como una herramienta política por parte de Trump en su estrategia electoral y comercial.