México logró un importante triunfo económico al obtener una reducción de hasta 40% en los aranceles de exportación para vehículos enviados a Estados Unidos, en el marco del T-MEC. Esta reducción, avalada por la Proclamación 10-908, representa un impulso para el sector automotriz nacional.
El beneficio arancelario se aplicará a ciertos modelos que cumplan con los requisitos de contenido regional, emisiones y eficiencia establecidos por el acuerdo comercial. Esto incentiva la producción local de partes y el fortalecimiento de la cadena de suministro en Norteamérica.
Fabricantes mexicanos como General Motors, Volkswagen y Kia se verán beneficiados directamente, ya que podrán ofrecer sus unidades a un precio más competitivo en el mercado estadounidense. Esto no solo impacta en el volumen de exportación, sino también en la generación de empleos en México.
El T-MEC se reafirma así como un instrumento clave para la integración económica entre México, Estados Unidos y Canadá. Esta victoria llega en un momento donde el entorno político es tenso, pero el comercio sigue funcionando como mecanismo de estabilidad regional.
Analistas consideran que México deberá seguir defendiendo los beneficios del tratado, especialmente ante presiones proteccionistas en EE. UU. y Canadá. La diplomacia comercial será fundamental para que esta ventana de oportunidad se traduzca en desarrollo sostenible.
