Organizaciones como bancos de alimentos en Texas han levantado la voz contra una propuesta republicana que busca trasladar los costos del programa SNAP (asistencia alimentaria) a los gobiernos estatales. La iniciativa podría poner en riesgo a millones de beneficiarios.
Se estima que Texas tendría que asumir más de $1.1 mil millones en costos anuales si se aprueba la medida. Además, la propuesta incluiría requisitos más estrictos para calificar, afectando a familias vulnerables, adultos mayores y niños.
Defensores de los programas sociales señalan que esto agravaría la inseguridad alimentaria en comunidades ya afectadas por la inflación y el desempleo. La presión sobre las organizaciones benéficas también aumentaría.
El tema ha causado controversia a nivel local, y muchas voces ya piden que el Congreso frene la propuesta para evitar un retroceso en la lucha contra la pobreza alimentaria.