Jenna Saucedo-Herrera, presidenta y directora ejecutiva de Greater:SATX, una organización que promueve el desarrollo económico en San Antonio, advierte que «los aranceles amenazan la posición de Texas como líder comercial mundial». La interrupción de las cadenas de suministro, donde las piezas y productos cruzan las fronteras varias veces antes de llegar al consumidor final, es una de las principales preocupaciones.
Por ejemplo, un fabricante de automóviles japonés con operaciones en Texas podría importar piezas de Canadá y México, ensamblar vehículos en el estado y luego exportarlos de nuevo a esos mismos países. Los aranceles complican este proceso, aumentando los costos y creando barreras comerciales.
Las empresas texanas están buscando diversas estrategias para adaptarse a esta nueva realidad. Algunas están tratando de diversificar sus fuentes de suministro, buscando proveedores alternativos en otros países. Otras están absorbiendo los costos adicionales, reduciendo sus márgenes de ganancia. Y algunas están presionando a las autoridades para que se reconsideren estas políticas comerciales.
La situación sigue evolucionando, y el impacto a largo plazo de los aranceles en la economía de Texas aún está por verse. Sin embargo, lo que está claro es que estas medidas comerciales están creando desafíos significativos para las empresas del estado, especialmente en el sector automotriz.
